Pese a los momentos difíciles, Gustavito, un indigente que vivía abandonado y fue internado en el albergue municipal Sembrando Esperanza, no pierde la sonrisa y celebra sus 80 años en medio de alegría y compañerismo en plena pandemia por la COVID-19.
Gustavo Ganoza o Gustavito, como le dicen de cariño, es un octogenario que vivía abandonado a su suerte en un mercado del distrito de Laredo, en Trujillo, y que tras ser rescatado fue internado en el albergue municipal Sembrando Esperanza.
En medio de la emergencia sanitaria por la COVID-19, Gustavito cumplió 80 años y este acontecimiento no pasó desapercibido por el personal del albergue que decidió celebrar esta fecha con alegría y buen humor.
En esta fiesta no faltaron los globos y la torta. Los invitados fueron los internos y personal del refugio que hicieron de este momento una celebración a la vida.
Gustavito, que ahora no pasa necesidad y tiene un lugar donde vivir, no dejó de bailar y festejar su buen estado de salud. Para él, más que una casa ha ganado una familia.
"Estoy muy contento, muy feliz, alegre porque mis amigos están celebrando mi cumpleaños", dijo el octogenario.
Gustavito conforma el grupo de riesgo para el nuevo coronavirus, por ello su ingreso al albergue le brindó una nueva oportunidad de seguir adelante pese a la pandemia y el abandono.
Actualmente, el albergue municipal atiende a 10 personas en situación de abandono y a víctimas de violencia familiar, apoyándolos con alimentación, capacitación y soporte emocional.
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