En medio del sofocante calor, el equipo de ambientalistas emprende una campaña de sensibilización en el balneario trujillano con una divisa muy clara: cuidar lo nuestro.
La temperatura en la playa turística de Huanchaco, en el norte del Perú, llega a los 26 grados centígrados. Es mediodía y el verano está en su máxima expresión. Jovencitas llegan dispuestas a tomar sol, muchachos se echan a la mar paseándose en los tradicionales caballitos de totora, unos aparecen con radios portátiles, niños construyen castillos de arena.
Todos juegan, se bañan y bailan. Todos, menos un grupo de 10 jóvenes ambientalistas que con mascarillas y guantes se abre paso entre la multitud, llevando bolsas de plástico. Estos héroes sin capa, que parecen enviados por la madre naturaleza, recogen botellas, envases de gaseosas, restos de comida, heces de perros, etcétera.
Este equipo de jóvenes defensores del medio ambiente, embadurnados de bloqueadores solares, recorren a pie, de sur a norte, este balneario de Trujillo (región La Libertad). De él surge una joven con una bola roja en la nariz. Es una clown. Ella es Carmen Díaz. La misión que cumple con amor es educar con dosis de alegría a los bañistas. Unos la escuchan y se ruborizan al reconocer que no se debe botar la basura en la playa, otros entienden el mensaje y agradecen.
"Trabajamos con los niños que son el futuro y el presente del Perú. A veces ellos son nuestros maestros. Hoy, por ejemplo, Gabriel se compromete a enseñarles a todos dejar la playa limpia. Los niños saben que es difícil recoger la basura, pero cuando uno realiza esta tarea, siente satisfacción de lo cumplido y se da cuenta de que esto tiene sentido y vale la pena", asegura a RPP Noticias.
Esta iniciativa cívica inició de una convocatoria en las redes sociales. Así se formó el equipo, que hace un trabajo de hormiga. "Estamos haciendo una campaña de sensibilización. Estamos yendo toldo por toldo, y a la gente le decimos que 'una ciudad más limpia no es la que más se barre, sino la que menos se ensucia'. Los veraneantes están de acuerdo con nosotros y también colabora", expresa Alfredo Mego Montes, otro joven voluntario.
Estos ciudadanos ecologistas siguen su marcha con las cosas claras: evitar que la falta de civismo terminé convirtiendo en un muladar este balneario trujillano, que en el siglo XIX era una caleta de indios pescadores que abastecían a la nobleza, según cuenta la historia. Y, sin pensarlo dos veces, estos ambientalistas volverán cuantas veces la playa los necesite.
Destino turístico
En la actualidad, Huanchaco forma parte de la Ruta de Moche. Tiene una rica gastronomía. Se ofrecen platos típicos preparados a base de pescado y mariscos. Además, surfistas profesionales y aficionados quedan fascinados por sus olas, que son escenario de grandes competencias.
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