Casi a sus 50 años, el activista fue nominado al concurso “Héroes del Paisaje”. “Quiero que mis hijos no sufran la depredación y quiero que disfruten de los recursos naturales. Por eso soy un defensor ambientalista. Por ellos lo hago”, comentó.
Javier Ruiz es profesor de Historia y a sus casi 50 años, se ha convertido en el defensor más aguerrido de la Reserva Ecológica de Chaparrí, el espacio natural más preciado de la región Lambayeque, que hace veinte años empezó a ser depredado.
La lucha de Javier se inició en el año 2001, cuando fue testigo de los abusos que se cometían con los campesinos de la comunidad Santa Catalina de la zona de Chongoyape, distrito ubicado a una hora de la ciudad de Chiclayo, que tenían problemas con sus tierras.
“Mi lucha nació como una lucha de derechos de las personas por sus tierras. Empecé trabajando con la comunidad y viví todo su sufrimiento: cómo eran avasallados por los poderosos quienes se aprovechaban de los recursos de la tierra, el agua, sin pensar en el daño que ocasionaban”, contó a RPP Noticias.
“Alguna vez me reclamaron y me dijeron: '¿no piensas en tu hijos, por qué te metes en esto?' Pero precisamente, por ellos, porque quiero que mis hijos no sufran la depredación y quiero que disfruten de los recursos naturales, es que soy un defensor ambientalista. Por ellos es que lo hago”, respondí.
El que Javier Ruiz dedique su tiempo completo a la defensa del medio ambiente no es en vano. Hoy, agrupado en el colectivo “Salvemos Chaparrí”, su lucha está en los ojos del mundo y muchas son las fuerzas que se han sumado para conservar este espacio lambayecano, considerado el pulmón de la región Lambayeque.
“He sido elegido como finalista en un concurso, pero más allá de eso, creo que hemos logrado que la problemática se visibilice a nivel global, Chaparrí concentra el 53% de nuestra reserva de fauna, flora y biodiversidad de Lambayeque, si no lo defendemos perderemos nuestro pulmón más importante” indicó.
Daños en la reserva
Los daños a la reserva de Chaparrí son irreparables, se calcula que a la fecha se han depredado 3 mil hectáreas de tierras: “Si queremos hacer un cálculo, diríamos que se ha depredado medio Bosque de Pómac, que tiene 5 mil hectáreas. La situación es realmente grave”, afirmó.
Especies de fauna como el oso de anteojos, la cortarrama peruana y la pava aliblanca, se encuentran en grave riesgo de extinción por el deterioro de su hábitat natural. Valiosos petroglifos que marcan un misterio en el desierto rocoso han sido destruidos por el afán de convertir esta zona intangible, en áreas de cultivo.
Defensor ambiental
La Organización de las Naciones Unidas nombró a Javier como “Defensor de los Derechos Humanos en Asuntos Ambientales”, ya que su lucha ha sido indesmayable. Incluso, fue enviado a la cárcel por tres meses acusado de haber falsificado documentos para crear la ONG CIPDES - Centro de Investigación y Promoción de Desarrollo Sostenible, proceso que no prosperó, pues no se encontraron pruebas de ello.
La causa que defiende este "guerrero ambientalista", al parecer, va teniendo asidero. Su voz resonó hasta los oídos de las más grandes esferas del Ejecutivo y el Poder Judicial, que miraron la invasión de Chaparrí como un tema gravísimo para la conservación de la biodiversidad.
“Es complicado. El estado te da un alfiler para enfrentarte a un tanque. Los defensores no somos defendidos y tenemos que luchar contra todo. El año pasado, con la muerte del comunero Napoleón Estonitas y las amenazas que llegaron hasta quien fuera el presidente del Poder Judicial, Duberli Rodríguez, recién reaccionaron sobre el poder de las mafias y actuaron. Se está encontrando nuevos caminos y esperamos que esto se detenga pronto”, finalizó.
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