El cetáceo aún se encuentra con vida, pero los especialistas pronostican que hoy podría morir y han empezado a buscar un lugar apropiado para enterrarla.
La ballena de la especie jorobada juvenil que varó el último martes en la playa Lagunas del distrito del mismo nombre, ubicado a 2 horas de la ciudad de Chiclayo, se aferra a la vida y ha movilizado a soldados del Ejército del Perú y de la Marina de Guerra, quienes se esfuerzan para regresarla al mar.
El cetáceo que mide más de 10 metros de largo y pesa 9 toneladas y media en varias oportunidades mostró sus signos vitales, pues movía una de sus aletas, su cola y emitía fuertes suspiros.
Algunas personas que llegaron a la playa para conocer esta especie marina también se sumaron a la tarea y cubrieron a la ballena con una sábana para poder humedecerla lanzándole agua del mar.
El cetáceo ha sido examinado por especialistas del Instituto del Mar del Perú (IMARPE) para conocer exactamente su estado y aún se está a la espera de los resultados. Lo que sí se ha informado es que el animal presenta varias laceraciones en la piel cuyas huellas son de las conchas de abanico.
El jefe de Capitanía de Puertos de Lambayeque, Ivar Burneo Flores, explicó que a pesar de que se han registrado 4 casos de ballenas que han varado en distintas playas del litoral lambayecano, este caso no es normal.
“Estas especies marinas pueden varar por temas naturales, cambio climático. Esta zona no es tan baja como para que la ballena haya podido topar con algo y haya varado, no se descarta que tenga alguna enfermedad”, expresó. Según los especialistas, en estos casos se calcula que el cetáceo podría sobrevivir 48 horas y de así hoy mismo la estarían enterrando en un lugar adecuado.
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