El nuevo coronavirus está impidiendo varias celebraciones en el mundo. Una de ellas es la que desde hace medio siglo une a los pueblos de Perú y Bolivia, en el distrito binacional de Desaguadero.
La pandemia del nuevo coronavirus no solo resta vidas, ilusiones, costumbres, eventos y economía, sino también, tradiciones que, mes a mes, no pueden manifestarse en actividades. Y ese es el caso del tradicional intercambio de banderas entre Perú y Bolivia, que, cada 28 de julio se realiza en la frontera del altiplano, pero que esta vez no pudo realizarse por la emergencia sanitaria.
Todos los años, en Fiestas Patrias, 21 camaretazos al amanecer del 27 de julio anunciaban la invitación a todas las delegaciones para dirigirse hasta el cerro Colqueparque e izar la Bandera Nacional a primera hora del 28.
Antes, cabe explicar que Desaguadero es un distrito binacional, ubicado en plena frontera, es decir, se trata de un centro urbano que se reparte entre territorio peruano y boliviano. Por lo tanto, existe un Desaguadero peruano (distrito de la provincia de Chucuito, región Puno) y un Desaguadero boliviano (municipio de la provincia de Ingavi, departamento de La Paz).
Los dos pueblos no solo están integrados por costumbres, sino también, por el intercambio comercial y sitio de paso de turistas. Hace poco más de medio siglo surgió la costumbre de que cada celebración de la independencia peruana se intercambiaban banderas entre ambos países.
El ciudadano Andrés Laura Chura recordó sus años de escolar cuando participaba del intercambio de banderas que se realizaba en el Puente Internacional (Desaguadero). Él evocó las palabras que dio a su par boliviano del Batallón Colorado: “Te entrego esta, mi bandera roja y blanca, la roja por la sangre que derramaron nuestros héroes, y la blanca por la paz que nos dejaron. Consérvarlas mientras la tengas en tu poder ¡tómala!”.
Luego, se cumplía el paseo de la bandera hasta llegar a la plaza de armas para la ceremonia y desfile patrio de las delegaciones escolares al compás de sus bandas de músicos.
PaÍses hermanos
El alcalde del distrito binacional de Desaguadero, Isidro Félix Mendoza, señaló que esta ceremonia es una costumbre que genera un "sentimiento único e indescriptible". “Estamos en una tierra bendita, hermanados ambos pueblos, hacemos jornadas juntos, los invitamos y son muchas jornadas entre ambos países”, indicó.
La integración entre los pueblos del altiplano es continua. Orlando Apaza, miembro de la junta vecinal de Desaguadero en Bolivia, confesó que su esposa es peruana y el hecho de asistir a diferentes celebraciones familiares como los bautizos y matrimonios, le ha permitido querer más al Perú.
“La relación familiar y el intercambio de estandartes en las instituciones educativas de primaria y secundaria era genial porque mostraba la gallardía de cada niño. Entonces eso nunca se puede olvidar”, valoró.
En Desaguadero se celebra el cumpleaños de la patria con alegría y su gente, la mayoría comerciantes y pobladores, visten sus mejores trajes como signo de amor y respeto al suelo que los vio nacer. Y aunque estos tiempos de pandemia arrebatan ciertas costumbres, estas perduran y volverán con el paso del tiempo. Lo cultural siempre queda.
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