A través de gestiones intelectuales juliaqueños buscan salvar los pocos vestigios históricos que aún conserva esta localidad, como la casona de la familia Arfinengo.
Algunos personajes de la escena intelectual de Juliaca, provincia de San Román (región Puno) mostraron su indignación la demolición de una casona histórica de la familia Arfinengo, que representa un emblema y parte del patrimonio local y su desarrollo como cuna comercial.
A dicho inmueble, de orígenes italianos, está ubicado en la quinta cuadra del jirón Mariano Núñez de Juliaca, ya le sacaron le techo, los balcones y algunas puertas y ventanas; quedando solo echar abajo los muros de los pisos superiores.
Según, manifestó el integrante de la Asociación de Machuaychas, Mario Benavente Llerena, la municipalidad de San Román habría dado la autorización para la destrucción de este bien patrimonial y que contaría también con el aval de la Dirección Regional de Cultura. “Era una casa de comercio, ya que los italianos asentados en Juliaca entre los siglos IXX y XX eran netamente comerciantes”, explicó Benavente recordando que este inmueble estuvo habitado por los Arfinengo hasta los años 90 y que luego pasó a otros dueños.
“Esta casona es el símbolo del despegue económico de Juliaca con la llegada del ferrocarril. Es parte de su historia que está registrada en los textos, en los libros de historia”, dijo esperanzado en que todavía se puede hacer algo antes que sea demolida totalmente.
Lamentó también la ausencia de políticas para proteger los pocos vestigios históricos con los que cuenta esta localidad, ya que restos arqueológico como le Cerro Huanyarroque, a pesar de haber sido declarado patrimonio natural, sigue siendo depredado restándole su belleza paisajística.
Ante esta realidad, un grupo de personalidades como el historiador Hugo Apaza, el escritor Walter Bedregal y el exgobernador René Calsín, realizan trámites para que esta casona sea expropiada y con el apoyo de la empresa privada sea convertida en un museo o casa de la cultura.
Asimismo, consideran fundamental la intervención del alcalde Oswaldo Marín quien habrían mostrado su predisposición para salvar esta casa, “creemos que él es el llamado para salvar este bien patrimonial”, refirió.
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