Marco Riveros, abogado de Gerald Oropeza, dijo que nuevos audios no coinciden con la voz de su defendido y tampoco forman parte del expediente del caso.
Los nuevos audios que han salido a la luz a través de un informe periodístico, no coinciden con la voz de Gerald Oropeza, aseguró Marco Riveros, abogado del investigado por narcotráfico.
En primera instancia el letrado descalificó al audio en el que se escucharía a Oropeza hablar de un "tío Alan" que lo protege.
"Es extraño porque estos audios no están en el expediente, y quizá porque no tienen relevancia penal. Primero porque conocer a un presunto tío Alan no es delito", afirmó Riveros en entrevista con RPP Noticias.
“LA VOZ NO COINCIDE”
Riveros Indicó que la voz de su defendido no es la misma en la que también se le escucharía tramar una venganza contra sus enemigos, quienes habrían buscado eliminarlo en el atentado al Porsche el pasado 1 de abril.
En ese sentido, pidió que los medios de comunicación propalen la voz de Gerald Oropeza durante su declaración a la comisión Narcopolítica del Congreso, a fin de que se note la diferencia.
"La voz no coincide y la única voz oficial que todos hemos escuchado es la de la comisión Narcopolítica", enfatizó.
Agregó que tampoco se puede realizar un peritaje a los primeros audios, porque "el informante hábilmente no entregó el original sino solo copias".
Respecto a las recientes grabaciones dijo esperar que la Policía Nacional entregue dicho material original para que se proceda con un peritaje de voz y así no se cometan errores.
¿PSICOSOCIAL?
El letrado consideró que se debe de investigar la procedencia de estos nuevos audios que, insistió, deberían formar parte del expediente si corresponden al celular del sospechoso de narcotráfico. Además, cuestionó que haya más “relevancia mediática” en que se hable de un "tío Alan".
Aclaró que Oropeza está siendo investigado por lavado de activos y por conspiración al narcotráfico, es decir, no por tráfico ilícito de drogas sino solo por conversaciones, lo cual amerita una pena de 5 a 10 años de prisión.
Consideró que su cliente podría convertirse en un nuevo "ícono" de entre las personas inocentes que han sido blanco de "psicosociales", tales como Rosario Ponce, Eva Bracamonte o Paul Olórtiga.
"Los conflictos sociales ahora se están tapando con lo de Gerald Oropeza y Nadine Heredia", concluyó.
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