Ex vecino de San Bartolo la acusó por agresión física, mientras que ex colaboradora señaló que la ´Señora Ley´, en cierta ocasión, humilló a una humilde mujer.
Las denuncias contra la legisladora por Alianza Parlamentaria (AP), Rosario Sasieta, parece que son de nunca acabar. Y es que el programa "Día D" presentó dos nuevos casos que sindican a la defensora de las causas justas como una mujer acostumbrada a maltratar físicamente y humillar a los más humildes.
"El nombre que le cabe es Satanás, no es otra cosa. No es una buena mujer. Mentira que diga que defiende el derecho de la mujer. Mi esposa le tiene miedo, mis hijos también", aseguró César Espinoza, quien denunció el 5 de marzo del 2003 a la actual congresista Sasieta, entonces regidora del municipio de San Bartolo, por agresión física contra su persona y su esposa, tras una discusión por un tema de permisos municipales.
Explicó que debido a que no solicitó ante el alcalde de dicho distrito costero la autorización para la utilización de tres pedalones, toda vez que ya contaba con el permiso correspondiente emitido por la Marina del Perú, Sasieta encabezó un operativo de desalojo.
"Ella la empujó a mi esposa y los otros individuos jalaron el pedalón. Mi hijo salió del mar y salió temblando. Mi esposa y mi hijo y yo también estuvimos en el hospital. Tengo los recibos de la posta", manifestó, tras detallar un evento ocurrido antes del 2003.
"Cuando no era todavía regidora, ella venía me sacaba los carros sangucheros, me los botaba. Los regidores que tenían tiendas por acá, yo tenía mejores precios y tenía más público. Ella siempre con sus groserías jalaba y tiraba las cosas, gritaba voz en cuello. Muy grosera, muy grosera", sostuvo, completamente indignado Espinoza, quien tuvo que abandonar sus negocios e iniciar una nueva vida en Chosica.
Finalmente comentó que tras el incidente, Sasieta intentó que firme un "documento como si no pasó nada", pero como él no aceptó, "ella nos gritó y largó".
Segunda denuncia
Violeta Sermeño Guillén, ex coordinadora de la legisladora, vio sus ilusiones, las de ayudar a las mujeres más necesitadas y maltratadas, truncadas cuando, a su juicio, se percató que estaba frente "a una persona con problemas psicológicos".
"Nos hizo organizar la chocolatada en la comunidad de Armatambo. Unos 15 días me dijo que no iba haber nada, ni chocolatada, ni panetón. Y qué llevó, unos regalos que consistían en unos cartoncitos de ludo. Y qué pasó", se preguntó Sermeño, tras relatar que un grupo de humildes mujeres querían obtener algún presente para sus hijos que se encontraban durmiendo.
"Qué hizo la doctora", comentó Sermeño, al tiempo de detallar que "sino está tu hijo, no te voy a dar nada. La señora, pobrecita decía, por favor, yo quiero para mi hijo. Ella le gritaba a la señora y qué hizo, le arranchó de su mano el ticket y lo rompió delante de ella y se lo tiró", explicó la ex colaboradora.
"El nombre que le cabe es Satanás, no es otra cosa. No es una buena mujer. Mentira que diga que defiende el derecho de la mujer. Mi esposa le tiene miedo, mis hijos también", aseguró César Espinoza, quien denunció el 5 de marzo del 2003 a la actual congresista Sasieta, entonces regidora del municipio de San Bartolo, por agresión física contra su persona y su esposa, tras una discusión por un tema de permisos municipales.
Explicó que debido a que no solicitó ante el alcalde de dicho distrito costero la autorización para la utilización de tres pedalones, toda vez que ya contaba con el permiso correspondiente emitido por la Marina del Perú, Sasieta encabezó un operativo de desalojo.
"Ella la empujó a mi esposa y los otros individuos jalaron el pedalón. Mi hijo salió del mar y salió temblando. Mi esposa y mi hijo y yo también estuvimos en el hospital. Tengo los recibos de la posta", manifestó, tras detallar un evento ocurrido antes del 2003.
"Cuando no era todavía regidora, ella venía me sacaba los carros sangucheros, me los botaba. Los regidores que tenían tiendas por acá, yo tenía mejores precios y tenía más público. Ella siempre con sus groserías jalaba y tiraba las cosas, gritaba voz en cuello. Muy grosera, muy grosera", sostuvo, completamente indignado Espinoza, quien tuvo que abandonar sus negocios e iniciar una nueva vida en Chosica.
Finalmente comentó que tras el incidente, Sasieta intentó que firme un "documento como si no pasó nada", pero como él no aceptó, "ella nos gritó y largó".
Segunda denuncia
Violeta Sermeño Guillén, ex coordinadora de la legisladora, vio sus ilusiones, las de ayudar a las mujeres más necesitadas y maltratadas, truncadas cuando, a su juicio, se percató que estaba frente "a una persona con problemas psicológicos".
"Nos hizo organizar la chocolatada en la comunidad de Armatambo. Unos 15 días me dijo que no iba haber nada, ni chocolatada, ni panetón. Y qué llevó, unos regalos que consistían en unos cartoncitos de ludo. Y qué pasó", se preguntó Sermeño, tras relatar que un grupo de humildes mujeres querían obtener algún presente para sus hijos que se encontraban durmiendo.
"Qué hizo la doctora", comentó Sermeño, al tiempo de detallar que "sino está tu hijo, no te voy a dar nada. La señora, pobrecita decía, por favor, yo quiero para mi hijo. Ella le gritaba a la señora y qué hizo, le arranchó de su mano el ticket y lo rompió delante de ella y se lo tiró", explicó la ex colaboradora.
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