Por Carolina Pretell
Directora de Marketing y Comunicaciones de CENTRUM PUCP
Es imposible ignorar que hay una crisis política en casi todo el mundo y que, en nuestra región en particular, hay una gran insatisfacción con la democracia; lo que ha conducido en muchos casos a que corrientes autoritarias hayan alcanzado el poder en sus países.
Por ello, hay que reconocer que más allá de cualquier bandera política, más allá de quién es el responsable de qué delito, más allá de qué líder político está en prisión: quien está herida es nuestra democracia. Y está en cuidados intensivos.
Entre los políticos y los ciudadanos existe una desconexión que parece infranqueable. Al político parece no interesarle las necesidades de las personas naturales, y a estas personas ya no les interesa la política. No creen en ella. No quieren saber más.
El gran reto de quienes pretenden alcanzar un escaño en el próximo congreso es volver a conectar con la gente. Conseguir que les crean, que depositen en ellos sus esperanzas, como antaño. Y, luego de recuperar esa confianza, quienes lo logren deben trabajar aún más duro para mantenerla. No sabemos si nuestra democracia podrá tolerar una decepción más.
Identificar nuestro propósito personal y proyectarlo en las necesidades de los ciudadanos para así ponernos a su servicio es crucial. Alinear nuestros deseos y valores con los de los ciudadanos, y ejercer en ellos una influencia positiva desde el ejemplo.
Es una responsabilidad de los candidatos al congreso revisar su propuesta política y ética, pues ellos son los receptores de las más altas expectativas de los ciudadanos. Así podrán contribuir a la mejora de la calidad en la política electoral del país, mediante instrumentos de marketing y la promoción de valores políticos como propuesta de valor fundamental en el trabajo de partidos y candidatos.
En CENTRUM PUCP tenemos como filosofía que son las personas inteligentes, con buenas actitudes y altos valores quienes son capaces de desarrollar empresas, sociedades y congresos exitosos, donde los valores y los principios éticos y morales son la base del crecimiento personal y social.
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