Diez congresistas de Perú Libre renunciaron a su bancada en el Congreso luego de la sesión en la que se eligieron a los nuevos miembros del Tribunal Constitucional. Con esto, el oficialismo dejó de tener mayoría y Fuerza Popular se convirtió en el grupo parlamentario con más legisladores. ¿Qué implican estos cambios?
La elección de los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional tuvo repercusión directa en el Congreso. Diez parlamentarios de Perú Libre renunciaron a la bancada oficialista y concretaron un quiebre anunciado desde hace meses entre las facciones cerronista y magisterial del partido de gobierno.
No es la primera vez que una votación en el Congreso divide a la bancada de Perú Libre, y es la segunda ocasión que la bancada oficialista se parte. Como se recuerda, disidentes se unieron a otros legisladores sin bancada para formar el grupo Perú Democrático; y ahora es la facción magisterial la que se ha desprendido de la organización política fundada por Vladimir Cerrón.
Esto, desde luego, hace que las fuerzas políticas dentro del Parlamento se redistribuyan. La primera consecuencia directa es que la bancada de Perú Libre, que se quedó con 22 parlamentarios, dejó de tener mayoría. Es ahora la bancada de Fuerza Popular, con 24 legisladores, la que tiene mayoría.
Una oposición con mayor poder de negociación
La salida de varios parlamentarios de la bancada de Perú Libre demuestra la poca capacidad que tiene este grupo legislativo para mantener cohesionados a sus propios parlamentarios. "La deserción de estos congresistas no se debe a una decisión propia del gobierno, sino más bien a la poca capacitación de la élite de Perú Libre para mantener cohesionado a su grupo", sostiene la politóloga Katherine Zegarra.
La especialista agrega que la peor pérdida que enfrentará el partido de gobierno tendría que ver con las presidencias de las comisiones ordinarias en el Congreso. "Recordemos que la capacidad de negociación, por ejemplo, para liderar algunas comisiones que son de su interés, se basan en parte a la cantidad de miembros que tiene cada grupo legislativo. En ese sentido, la oposición ahora tendría mayor capacidad de negociar las comisiones y puestos que más les convengan".
Por su parte, el analista político Óscar Díaz opina que la mayoría que tiene ahora Fuerza Popular en el Congreso "es más bien numérica y no política". "Veremos cómo se comportan ahora las fuerzas del Parlamento, sobre todo el momento de elegir la Mesa Directiva a mediados de este año. Ahí tendremos una idea mucho más clara de cada uno de ellos".
Para Díaz, la "implosión" que ha sufrido Perú Libre no tiene que ver con el comportamiento de la oposición, sino con Vladimir Cerrón, "que se ha convertido en el peor enemigo de su propia bancada". "No se explica de otra manera por qué, gente como Guillermo Bermejo y otros que lo acompañaron antes; y ahora estos 10 del Magisterio se apartan del partido de gobierno. La única explicación razonable es que Vladimir Cerrón está manejando los hilos, está presionando al presidente Pedro Castillo y está logrando ciertas cosas a su favor en desmedro de los demás que se sienten relegados en esta repartición política del botín en el que se ha convertido el gobierno".
Las facciones y la fragmentación
A decir de los especialistas, se debe hacer una diferencia al momento de analizar la nueva composición del Congreso. "En realidad lo que nos muestra la división de Perú Libre son facciones. No es que ahora los del Magisterio se fueron a la derecha y van a estar con Fuerza Popular, Renovación Popular o Avanza País. Si no que muestran una decisión a la interna que tiene que ver con la presencia de Vladimir Cerrón que ha tomado varios ministerios", manifiesta Óscar Díaz.
El bloque Magisterial se mantendría cercano al presidente, comenta Díaz. "El otro bloque, los 22 que le quedan a Vladimir Cerrón, son justamente los que hacen la diferencia entre la vacancia y la no vacancia presidencial. Ese es el arma que tiene Cerrón cada vez que conversa con el presidente", agrega.
Katherine Zegarra hace énfasis, por su parte, en que alta fragmentación de organizaciones políticas no ayuda, por el contrario, agrava, la crisis política en la que nos encontramos. "Mientras más grupos legislativos existan, mientras más bancadas hayan, más difícil se hace la negociación que se tiene que tener desde el Ejecutivo. Es más costoso negociar con varios grupos legislativos en lugar de una menor cantidad. También se hace más difícil identificar los distintos posicionamientos que se tienen dentro del propio Congreso".
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