En las pasadas elecciones llegó a ser considerado como una sorpresa. Julio Guzmán, sin embargo, ha capitalizado su popularidad y busca, con el Partido Morado, llegar a la presidencia.
En enero de 2020, el dominical Panorama emitió imágenes (que datan del año 2018) en las que se ve a Julio Guzmán saliendo de un edificio en Miraflores y retirarse corriendo, esto mientras dentro del departamento -donde se encontraba su acompañante- se estaba produciendo un incendio.
Esto marcó la campaña del Partido Morado, que a inicios de este año encabezaba las encuestas de las elecciones extraordinarias legislativas, e hizo que terminara en un quinto puesto que llevó al partido a tener representantes mayoritariamente de Lima Metropolitana, cuando la pretensión de Guzmán era expandirse por todo el país. Pero, al margen de esta situación, ¿qué anima a Julio Guzmán a volver a lanzarse en esta próxima contienda presidencial?
Julio Guzmán Cáceres nació en Lima el 31 de julio de 1970, siendo el penúltimo de doce hermanos, hijo de un cusqueño y de una mujer nacida en Canta. Cursó sus estudios escolares en el Colegio SSCC Recoleta, y se graduó como economista en la Pontificia Universidad Católica del Perú, llevando una maestría en la Universidad de Georgetown y un doctorado en la Universidad de Maryland, ambas en Estados Unidos.
LA PRIMERA CAMPAÑA
Julio Guzmán comenzó a entrar en la palestra pública cuando apareció en reportajes dominicales jugando tenis de mesa, luego de haber sido sugerido en Twitter como un “economista de ideas interesantes” por Gastón Acurio. Trabajó como secretario de la Presidencia del Consejo de Ministros en el gobierno de Ollanta Humala.
“Tuve un primer acercamiento [con Guzmán] a finales del 2015, y me invitaron a formar parte del equipo técnico. En abril de 2016 nos volvimos a reunir y me invita al proyecto del Partido Morado. Él tuvo la entereza de inscribir un partido cuando las condiciones fueron las más adversas”, describe Marco Zevallos, militante morado.
El lanzamiento del entonces líder del partido Todos por el Perú fue por todo lo alto en el Teatro Canout, donde fue apoyado por figuras del espectáculo, como William Luna y Efraín Aguilar. Si hay una imagen que se recuerda de Guzmán y su equipo, es la del campamento ante la sede del Jurado Nacional de Elecciones, donde muchos entusiastas “jóvenes morados” pernoctaron varios días para intentar evitar la exclusión de su líder de la justa presidencial del 2016. Pasada esa circunstancia, Guzmán se dedicó a escribir sus memorias, las cuales tituló “Nuestro propio camino”.
UN NUEVO PARTIDO
En 2019 logra inscribir al Partido Morado, con el apoyo de figuras destacadas como la exprocuradora Carolina Lizárraga, la hoy congresista Zenaida Solís, entre otros. El propio Guzmán admitió en un post de Facebook que quien sugirió que use el color morado para sus presentaciones públicas fue el publicista y hoy congresista Daniel Olivares, inspirado en el movimiento español Podemos.
Otra imagen que se recuerda de Guzmán fue la de su presencia en las marchas por la disolución del Congreso en setiembre de 2019, en las que sus partidarios gritaban consignas a favor de la “política decente”, de la reforma universitaria encabezada por Daniel Mora (quien fue expulsado del partido por una denuncia de violencia familiar en plena campaña) y de la participación de los jóvenes de la política.
Con miras a la nueva campaña presidencial, Guzmán logró convencer a figuras vinculadas al presente gobierno, como la exministra de la Mujer Gloria Montenegro y la extitular de Educación Flor Pablo, lo que le da una mixtura técnico-política a su equipo de colaboradores. ¿Servirán estos “jales” para que el electorado se concentre en el programa de gobierno de Guzmán y lo vea como una alternativa plausible?
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