El reconocido economista conversó con RPP Noticias sobre los primeros meses del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, la corrupción y los problemas sociales en el Perú.
Hernando de Soto fue parte del equipo de campaña de Keiko Fujimori que perdió la segunda vuelta ante Pedro Pablo Kuczynski (PPK). Sin embargo, el reconocido economista peruano espera que al nuevo gobierno le vaya bien, pese a que todavía no ve políticas claras para enfrentar problemas coma la corrupción y, sobre todo, los conflictos sociales. En su visita a RPP Noticias para promocionar una conferencia en una universidad local, el presidente del Instituto Libertad y Democracia (ILD) habló sobre los primeros meses del gobierno, el problema de la minería en el Perú y rol de Fuerza Popular en el Congreso.
¿Qué opinión le dejan los tres primeros meses de gobierno?
Ha seleccionado un muy buen equipo ministerial. Son gente no solamente proba, sino muy capacitada. Eso me llena de optimismo. Ahora han comenzado a reventar los problemas de fondo. Vamos a ver cómo los manejan, pero el equipo es muy bueno.
¿Cuál de estos cree que es el problema principal? La corrupción, los conflictos sociales…
Son los problemas se siempre. Lo que ha pasado es que cuando uno tiene un consenso electoral que dura un año y una luna de miel que dura unos meses, hay un momento de recreo en el cual los problemas graves se esconden y luego vuelven a salir. Los conflictos sociales son gente insatisfecha de cómo está distribuida la riqueza en el país. Lo que no está claro es cuáles van a ser las políticas del Gobierno. Eso me parece interesante. En todos los países desarrollados, bien hechos, antes de dar normas, hay una visión de cómo son las cosas, cuál es la raíz de los problemas. Yo no veo cuáles van a ser las políticas contra la corrupción, contra los conflictos sociales, contra el narcotráfico. Todas esas son cosas que a mi juicio tienen que ser esclarecidas. Estoy esperando con paciencia, todavía es un Gobierno joven, no hay que abrumarlo.
En el caso de los conflictos sociales, ¿cómo cree que se manejó el tema de Las Bambas y cómo debió haberse manejado?
Lo están manejando como siempre, artesanalmente. Hay un conflicto y vamos a ver cómo se dialoga en ese contexto. El problema, y creo que lo saben perfectamente el ministro Thorne y el presidente, es la injusticia que hay en el país. En otras palabras, no hay una clara política minera con relación al problema de fondo: todos los territorios mineralizados del país se han dado en condición de que sean explotados o explorados y eso no está ocurriendo. 5% están siendo trabajadas, 2% están siendo exploradas y, por lo tanto, 93% están muertas. Tenemos 2 millones de mineros circulando en el país que quisieran poder entrar.
Por otro lado, hay un movimiento antiminero que dificulta todavía más la entrada o quiere ayudar a los que no han entrado a poder entrar. Allí se producen los conflictos mineros. Hasta que no hayamos decidido cómo será lidiar con áreas del Perú que son capital muerto, que no están siendo explotadas, y cómo hacemos para que ese territorio sea gobernado por ley y no por fuerzas subversivas, no estamos llegando al fondo del problemas. Estoy esperando que en dos o tres meses, el Gobierno entre al problema de fondo y no solo a poner parches.
¿Cuál es la mejor forma para que se detengan a esta “fuerzas subversivas” que frenan los proyectos?
En primer lugar, darse cuenta de qué parte de su agenda es legítima. Si están tocando un nervio real, que la gente en las áreas mineralizadas siente que está siendo excluida, ellos van a ganar la agenda. Ahí está Venezuela para ver lo que puede pasar, ahí está Colombia con su voto sí o no, para indicar que los radicales que parecía que solo eran 7,500 personas casi pasan a ser el partido más poderoso que tiene su país.
¿Qué opina de la labor de Keiko Fujimori y Fuerza Popular en el Congreso?
Hay que darles unos dos o tres meses. Se están portando de una forma organizada, civilizada. Le han dado al Gobierno las facultades que habían pedido, pero a ellos también les corresponde la reforma. Lo que está pasando en el país es la informalidad, la corrupción. Eso significa nueva legislación y quien está encargado de eso es el Legislativo. Allí también hay que esperar que nos digan cuáles son sus políticas. Por el momento no han salido, pero también hay que darse cuenta de que las elecciones han sido hace muy poco.
Si en algún momento de este gobierno de Kuczynski, usted es convocado para un ministerio o una asesoría, ¿aceptaría?
Cada vez que se me ha ofrecido ser primer ministro o parte del gabinete, yo me he negado porque no creo que esa sea mi posición, Lo que tengo es una serie de metodologías para enterarse de la realidad y construir programas que son fuertes, creo yo, y se han hecho en muchas instancias en el Perú. En ese sentido, yo estaría listo para apoyar a quien sea. Si llama Keiko, si llama Pedro Pablo. O como ahora, que me ha llamado la Universidad San Ignacio de Loyola y muchos de los programas que estamos haciendo en Asia los estamos pasando a ese centro educativo. Yo participo con cualquiera que necesita ayuda y que cree que puedo contribuir positivamente.
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