El último 27 de enero, el Estado declaró en emergencia las regiones de Tacna, Cusco, Ayacucho y Puno. En las primeras dos se reportaron víctimas mortales. La información científica para la prevención está a la mano desde hace años.
El país experimenta nuevos desastres naturales con cifras fatales y numerosos daños. En solo una semana, Tacna y Cusco sumaron un total de ocho fallecidos, cerca de una decena de desaparecidos, 300 viviendas destruidas y más de 200 inmuebles privados y públicos afectados.
El último 27 de febrero, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) declaró -vía decretos supremos- en estado de emergencia por peligro inminente del sistema de saneamiento al distrito de Tacna, en el departamento del mismo nombre. Además, declaró el estado de emergencia por desastre a consecuencia de intensas precipitaciones pluviales a varios distritos ubicados en Ayacucho, Cusco y Puno.
¿Qué entidades actúan en materia de prevención?
La Ley N° 29664, promulgada el 19 de febrero de 2011, fue la que creó el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Sinagerd). El artículo 9 de esta norma establece como miembro rector del Sinagerd a la PCM.
Debajo, se encuentran como integrantes: el Consejo Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres; el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred); el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci); los gobiernos regionales y los gobiernos locales; el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), y las entidades públicas, las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, las entidades privadas y la sociedad civil.
Tal como lo fija la ley en su artículo 3, la gestión del riesgo de desastres tiene como propósito “la prevención, la reducción y el control permanente de los factores de riesgo de desastres en la sociedad”. Su aplicación se basa en “investigación científica y de registro de informaciones, y orienta políticas, estrategias y acciones en todos los niveles de gobierno y de la sociedad”.
En entrevista con RPP Noticias, la ingeniera geóloga del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), Griselda Luque Poma, precisó que con la normativa que crea el Sinagerd se reguló un círculo de actores para la prevención de daños pronosticables. “A partir del 2011, con la creación de la ley, se hizo referencia más a la gestión de riesgo para prevenir futuros daños. Antes, la gestión de riesgo era, más que todo, reactiva”, señaló.
Últimos desastres en Tacna y Cusco
Según información del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) del Indeci publicada el 22 de febrero y de la confirmación del Ministerio de Salud, en Tacna se reportaron tres víctimas mortales; ambas en el distrito de Alto de la Alianza. Los fallecidos fueron identificados como Álvaro Raúl Huaylla Maquera, de 21 años; Raúl Renán Huaylla Ortega, de 48; y Marlit Pizango Ushinahua, de 57 años. Además, tras la evaluación de daños, se informó de dos locales públicos, un centro de salud y un colegio afectados.
De acuerdo con el informe, las fuertes lluvias en la zona los distritos de Tacna, Alto de la Alianza, Ciudad Nueva y Pocollay originaron la activación las quebradas Karamolle y El Diablo. Este evento, que evolucionó en huaicos y aniego, se produjo a partir de las 3 p.m. del 21 de febrero. Por otro lado, los servicios básicos de desagüe se declararon en colapso.
El Ingemmet, al ser una entidad técnica del Estado encargada -entre otras actividades- de la investigación y el registro de peligros geológicos, puede emitir informes y recomendaciones sobre el estado de vulnerabilidad en las diferentes zonas del país.
El ingeniero geólogo de esta institución y jefe de proyecto de evaluación de peligros geológicos a nivel nacional, Manuel Vílchez Mata, explicó para este artículo que el Ingemmet puede realizar estudios por iniciativa o a pedido de los gobiernos regionales o locales.
Ya se había analizado el riesgo años atrás
En el caso de Tacna, Ingemmet ya había emitido un informe en 2016 sobre 45 zonas críticas en el poblado de La Florida, que se encuentra en el cauce de la Quebrada del Diablo, en el distrito Alto de la Alianza. “Nosotros tenemos una actividad de apoyo a entidades en evaluación de peligros geológicos a nivel nacional. Nos solicitan la evaluación de un sitio determinado y nosotros vamos y trabajamos en ese sitio”, indicó Vílchez.
La ingeniera geóloga Luque Poma estuvo a cargo de aquel informe de 2016. “El informe técnico fue solicitado por la misma Municipalidad Provincial de Tacna. Se alcanzó las recomendaciones con copia al gobierno regional y al Cenepred. Nosotros como entidad científica, nos encargamos de la generación de información. Los órganos ejecutores, que son los gobiernos locales, se encargan de ejecutar esas obras”.
Sobre Cusco, los fallecidos del último aluvión del 23 de febrero en Santa Teresa, llegaron a la cifra de cinco. Estas víctimas fueron identificadas como Daniel Édgar Salas Muñoz, de siete años; Santusa Muñoz Estrada, de 43; Arnold Salas Muñoz, de 16 años; Asencia Almirón Vda. de Holgado, de 80 años; y Tania Quispe Delgado, de 16.
Además, se concluyó un número de nueve personas desaparecidas: Florentina Morveli Gonzáles (80); Iván Quispe Morveli (39); Agrada Huamán Paredes (5); Guillermo Gamarra Nina (52); Josefino Holgado Baca (48); Claudio Enríquez Suñiga (85); Abel Álvarez Cárdenas (45); Yolanda Huamán Candia (35); y Usiel Álvares Huamán (9). Por otro lado, se contabilizó a 13 personas heridas.
En la evaluación de los daños, el reporte concluye que existen 300 familias damnificadas por casas destruidas, además de otras 290 con viviendas afectadas en el distrito.
Ingemmet ya había detallado, en un informe técnico de 2015, que el poblado de Santa Teresa y la Central Hidroeléctrica de Machu Picchu (ambas en la provincia de La Convención) concentraban hasta 81 zonas críticas. Ese año, recomendó a las autoridades de Santa Teresa “realizar trabajos de limpieza y encauzamiento de quebradas, además de no construir viviendas en las terrazas y llanura de inundación”. En el caso de la Central Hidroeléctrica de Machu Picchu, recomendó el diseño y la construcción de “un túnel que sirva de desfogue de aguas de producirse un nuevo embalse del río Vilcanota”.
“(Esta zona) ya tenía antecedentes de ya haber sido afectada. Vientos iguales, aluviones o flujos de detritos de gran magnitud. Se recomendó en este caso de que habría que proteger márgenes y de que la población no viva muy próxima a las orillas o a las márgenes o en terrazas bajas. Esta es una zona topográficamente muy empinada. La pendiente es muy alta. Son valles estrechos en zona de montaña. Se recomendó también una obra para evitar que se vuelva a inundar la Central Hidroeléctrica, que es una especie de desagüe a través de las laderas”, detalló el ingeniero Manuel Vílchez, quien dirigió la elaboración de dicho informe técnico.
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