Crisis política: ¿Cuáles son las semejanzas y diferencias de la crisis de 1930 y la actual?

Un país que no conoce su historia está condenado a repetirlo, dice la conocida frase. El historiador Juan Luis Orrego comenta que hace 90 años, el país vivió una crisis política “muy parecida a la que estamos viviendo en este momento”. Dicha crisis sucedió en 1930 (y se prolongó durante 3 años) tras la caída de Augusto B. Leguía y la depresión mundial por la caída de la Bolsa de Valores de Nueva York.

“El Perú, entre 1930 y 1933 tuvo como 6 mandatarios, algunos interinos. Cae Leguía, asume Manuel María Ponce, llega Sánchez Cerro desde Arequipa, Sánchez Cerro tiene que renunciar para que se convoque a elecciones, ahí tenemos a Leoncio Elías, a Gustavo Jiménez, a David Samanez Ocampo que es el que finalmente convoca a las elecciones en 1931 y esas elecciones no solamente eran para elegir un presidente democrático sino también un Congreso, que a su vez redacte una nueva Constitución porque estábamos con la Constitución del gobierno autoritario de Leguía. El Perú necesitaba, para salir de la crisis, una nueva Constitución”, comenta.

PROTESTAS Y CRISIS ECONÓMICA

Orrego menciona que, lamentablemente, en las elecciones de 1931, tras el oncenio de Leguía, “hubo un partido político que no reconoció los resultados y eso atizó aún más la crisis”. Además, se tenía un expresidente encarcelado (como en esta crisis) y había protestas en las calles.

“En esa época la gente también salía a las calles sobre todo producto de la recesión, porque se habían perdido muchos puestos de trabajo, muchas empresas habían cerrado, las exportaciones se habían venido al suelo”, añade. 

En la actualidad, Orrego resalta que la crisis económica es producto de la pandemia por el nuevo coronavirus.

CONGRESO: AYER Y HOY

El historiador sostiene que hay una gran diferencia entre el Congreso de 1931 y el actual. “En la coyuntura de los años 30, la política era distinta: se jugaban visiones del país, planes de gobierno, había visiones ideológicas, los políticos eran relativamente articulados, leídos, con propuestas. Hoy, lamentablemente, no tenemos ese panorama”, menciona.

Orrego afirma que actualmente, “no hay propuestas, no cuestiones ideológicas, hay intereses subalternos, lamentablemente”.

“Hay mucha gente con procesos judiciales, penales, defendiendo negocios no muy claros. Eso es evidente. La población ya está notificada, por eso van a tener que actuar, esperemos, pensando, maquiavélicamente hablando también, en su propia salvación. Porque es posible que si no reaccionan le añadan más gasolina a la situación y nadie quiere que esto salga de control. La situación ya está lo suficientemente delicada para seguir arriesgándose”, dice.

Para el historiador, actualmente hay una salida: “creo que es posible una salida políticamente consensuada para que haya una Mesa y un gobierno transitorio para que convoque personalidades de diversos sectores, de probada honradez. Es absolutamente ciego apostar por gente que se sabe está cuestionada”.

EL PAPEL DE LA INFORMACIÓN

Orrego añade que, a diferencia de los años 30, actualmente “la información se conoce, se descubre al momento y explota en segundos”.

“Eso es lo que muchos políticos no entienden y es lo que ha ocurrido en los últimos días. La política no solo se hace en el Congreso, la política también está en la calle, en la opinión pública, en los medios de comunicación y esperemos que los miembros del Congreso sintonicen y entiendan que es aún posible la salida y darle un poco de oxígeno a nuestro sistema democrático”, resalta.

Agrega que es importante que estos momentos, el Congreso apueste por “un grupo de personas que transmitan la legitimidad suficiente”.

“Para conducir al país a elecciones, un gobierno simplemente de trámite, administrativo: administrar lo de la pandemia y llevarnos a elecciones limpias y libres en 2021, para tener un nuevo gobierno absolutamente legítimo”, finaliza.