En cada una de las investigaciones fiscales en el Perú, lo más importante es que las instituciones cumplan su papel con independencia y que los temas judiciales no se politicen.
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La semana que termina ha estado marcada por nuevos episodios de la lucha contra la corrupción: el pedido de asilo en Uruguay de Alan García, nuevas resoluciones del juez Concepción Carhuancho, el allanamiento fiscal de un estudio de abogados, declaraciones ante el fiscal del congresista fujimorista Miguel Castro, etc. En cada uno se esos casos lo más importante es que las instituciones cumplan su papel con independencia y que los temas judiciales no se politicen.
La cancillería uruguaya ha hecho saber que ha recibido la documentación enviada por el Estado Peruano y el canciller Néstor Popolizio se ha limitado a señalar que en nuestro país no hay persecución política y que se garantiza a Alan García el debido proceso. Por su parte, Martín Vizcarra ha reiterado su “absoluto respeto por el Estado de Derecho y la división de poderes. La Justicia debe aplicarse para todos por igual con transparencia y sin impunidad”. Cada uno tiene derecho a formarse y expresar una opinión, pero nadie debe ubicarse por encima de la justicia, la ley y los tratados libremente firmados por el Estado Peruano. Así lo ha pedido la Asamblea Episcopal y el cardenal Pedro Barreto lo comentó a su manera: “Que no se canonice la impunidad”.
No olvidemos las reformas
Por grave e indispensable que sea la lucha contra la corrupción no debemos olvidar las reformas que es necesario hacer para responder a los retos que, como la vida misma, se renuevan sin cesar. El 9 de diciembre estamos convocados a pronunciarnos sobre cuatro reformas constitucionales, concernientes a la Justicia y el sistema político. ¿Y después? El país no puede ser gobernando sin una agenda clara que impulse la inversión en los grandes proyectos del Estado y también en las regiones que estrenarán nuevas autoridades el 2 de enero.
Si nos faltaran pruebas, basta pensar en el caso de Cuba: a pocas semanas de conmemorar sesenta años de su llegada el poder, el partido único que gobierna la isla caribeña consagra en el artículo 28 de su Constitución la importancia de la inversión extranjera para el desarrollo nacional. Los economistas allegados al nuevo presidente Miguel Díaz Canel calculan que el país requiere 2,500 millones de dólares anuales de inversión de empresas privadas (o sea extranjeras) para asegurar tasas adecuadas de crecimiento. La evolución económica cubana parece confirmar una vieja humorada atribuida a disidentes soviéticos: “El comunismo es el camino más largo para pasar del capitalismo al capitalismo”.
Perú al cine
A propósito de inversión, debemos saludar la creciente variedad de la producción cinematográfica en nuestro país. Se trata de una industria cultural en expansión, como lo prueba la multiplicación de salas de proyección en todas las provincias de nuestro país. Las nuevas tecnologías y las plataformas que permiten ver películas en domicilio no han matado el gusto por acudir a salas oscuras, donde uno goza identificándose con ficciones que nos llegan de todas las regiones del mundo.
Pero es importante que podamos ver también películas peruanas, con nuestras calles y ciudades, nuestros paisajes, nuestra gente y nuestra forma propia de hablar el español u otras lenguas. Por eso, el estreno de Asu Mare 3 es una buena noticia. Sus dos predecesoras batieron records de asistencia, superando la valla de tres millones de espectadores. Asu Mare 1 y Asu Mare 2 supieron contar una historia de amor, una lección del arte de vivir y de funcionar en una sociedad desigualitaria, marcada por prejuicios, discriminación y arribismo. Una comedia que hace derramar lágrimas de humanidad, una película que exalta la responsabilidad ante los hijos y el valor de la música. ¿No nos merecemos eso después de una semana de tensiones y hostilidades?
Las cosas como son
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