El espacio #OpenPUCP abre sus puertas para temas relacionados a tecnología e innovación sobre el Centro Comercial Plaza San Miguel. Son 4200 metros cuadrados destinados a la divulgación científica
Hace muchos años, la impresión 3D marcó el inicio de la personalización granular. La posibilidad de diseñar y construir nuestras propias cosas a medida cambió el paradigma de la confección para bien y mal. Para bien, porque tuvimos acceso a una infinita base de confecciones y necesidades. Para mal, porque hubo muchos usuarios que compartieron planos de armas construidas con estas impresoras. Luego de algunos años, el cauce regular de este nuevo modelo se fue asentando, y ahora representa una enorme oportunidad para especialistas de diferentes industrias, que hoy construyen su propio estilo.
En este contexto, La Universidad Católica habilita el espacio #Open PUCP, un ambiente educativo destinado a difundir las últimas tendencias en educación y reforzar las necesidades de empleabilidad y movilidad laboral a futuro. Este proyecto, que comprende markerspaces, laboratorios especializados y de 3D, aulas flexibles, salas polivalentes y un anfiteatro, ofrece talleres y eventos con certificaciones progresivas de corto tiempo. Uno de esos cursos a presentar es el de la construcción de impresoras 3D.
Este espacio cuenta con los materiales para cada curso, y le da la opción a los inscritos de llevarse el producto final. En el caso de los talleres de impresión 3D, los requisitos para asistir están detallados en la web, a la que puedes acceder mediante este enlace.
Conversamos con Marcela Gonzales, del área de diseño y desarrollo de productos en la PUCP. Ella está a cargo del ambiente VEO 3D, en donde los proyectos de impresión se llevan a cabo. Entre otras cosas, menciona que la impresión 3D resulta de importancia para profesionales en distintas áreas. “Si eres estudiante te ayuda a validar tu diseño, tus proyectos. Si eres empresario, para diseñar piezas de repuesto para máquinas, piezas de uso final. Y si eres un hobbista, desde un pelapapas hasta una tijera o una prótesis funcional”, señala la docente.
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