Los pagos sin contacto, como el sistema Apple Pay, se han popularizado en los últimos años. Sin embargo, hay espacio para que este formato siga evolucionando y los “bio hackers” apuestan por eso. Patrick Paumen, uno de los más reconocidos en este extraño rubro de “hackear el cuerpo”, ha añadido un chip de pago sin contacto bajo su piel.
Paumen, de 37 años, señala que el procedimiento para colocar este añadido subcutáneo “duele tanto como si alguien pellizcara tu piel” en entrevista a BBC. Desde 2019, este hacker usa este microchip de pago sin contacto.
“Las reacciones que recibo de los cajeros no tiene precio”, señala este ‘bio hacker’, que ya cuenta con 32 sistemas incrustados en su cuerpo, como sistemas para abrir puertas e imanes.
¿Qué es ser un ‘bio hacker’?
Con el tiempo y el avance tecnológico para la miniaturización de integrados más potentes, la apuesta por modificar partes del cuerpo con integrados de interacción ha crecido, al punto de que más de la mitad de los ciudadanos del Reino Unido y la Comunidad Europea consideran implantarse un chip para pagos.
Esta actividad se inicia experimentalmente en 1998, cuando el profesor Kevin Warwick pasó a la historia por ser el primer ser humano en implantarse un microchip en el cuerpo.
"El médico pellizcó la piel, la levantó y, como si cavara un agujero... debajo de la piel y encima del músculo", comentó Warwick. "Está dentro de mi cuerpo, en mi brazo izquierdo, justo por encima de mi codo. (Está) sujeto en su lugar por tres puntos, en parte para que la herida se mantenga unida, pero también para que la cápsula no flote por ningún lado".
¿Qué daño genera ponerse un chip bajo la piel?
En el caso específico de los chips de pago sin contacto, Paumen sostiene que esta tecnología, al convivir con nosotros durante muchos años en llaveros o tarjetas para el uso de transporte público, no debería preocuparnos.
"La distancia de lectura está limitada por la pequeña bobina de antena dentro del implante. El implante debe estar dentro del campo electromagnético de un lector RFID [o NFC] compatible. Solo cuando hay un acoplamiento magnético entre el lector y el transpondedor puede el implante puede ser leído”, añade el bio hacker.
Las alertas pasan por la evolución del formato, y qué cantidad de información podrán alojar estos componentes sobre nosotros. Además, los temas de privacidad y seguridad para que estos añadidos no puedan ser vulnerados es otro tema para considerar.
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