El éxito de 'Maricucha' no se le ha subido a la cabeza a Patricia Barreto quien, en una reciente entrevista, dejó en claro que tiene los pies sobre la tierra.
Bajita pero poderosa. Así es Patricia Barreto, la actriz peruana que protagoniza “Maricucha”, la producción nacional más exitosa del momento. En una reciente entrevista con el diario Trome, habló sobre la gran aceptación que ha tenido este personaje entre el público, y también sobre su baja estatura, la cual nunca ha sido un impedimento para llegar alto.
“Lo bueno viene en frasco pequeño”, afirmó la actriz, cuando fue preguntada al respecto. Asimismo, dejó en claro que “No hay chato sonso”. Y es que, como dice, lo que muchos pueden ver como un defecto, ella lo veo como algo a su favor. “No necesito el tamaño para realizar lo que anhelo”, deja muy en claro.
Durante la entrevista, Patricia Barreto también demostró tener bastante calle, lo cual se ve plasmado en “Maricucha”, la avisada jovencita de barrio, que no se amilana ante los ataques de los miembros de una familia “pituca”.
“Crecí en ‘Bancarios’, en la urbanización Pando, frente a la Universidad Católica, en el Block K”, respondió la actriz cuando le preguntaron si tenía barrio. Allí hizo cosas como jugar fútbol o carnavales, experiencias que le permitieron salir de la burbuja que puede ser la casa o el colegio.
El éxito de “Maricucha”
Al ser preguntada de dónde sacó a la espabilada “Maricucha”, Patricia Barreto respondió que tiene un poco de ella, de sus amigas y de su madre, a quien ve como una persona “bondadosa y dispuesta para servir a los demás”.
La actriz se ve a sí misma como una persona amorosa con sus compañeros, a quienes les gusta abrazar y besar. Pero también dice tener un carácter fuerte cuando es necesario, sobre todo cuando presencia injusticias o no se respeta su voz.
Patricia se mantiene humilde, a pesar de la fama que ha alcanzado con “Maricucha”. “No era consciente de lo que estaba pasando, pero el otro día en la playa todos me pidieron tomar fotos. La vez pasada, en un restaurante, todo el local me pidió selfies”, comentó.
Ella es consciente de este “amor incondicional”, pero no deja que se le suba a la cabeza. Ve esta etapa en su vida como una que, en su momento, tendrá un final.
Estas ideas también se reflejaron cuando le preguntaron si le gustaba la ropa de marca, a lo que respondió que le parecía irrelevante, o si podría conquistar a un hombre a través de la cocina: “No. Tiene que ser con la confianza, la escucha y el amor”, respondió casi al final de la entrevista.
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