Todos los días, millones de escolares peruanos compran alimentos chatarra en los kioskos de sus colegios. Si bien en el 2013 se promulgó la Ley contra la Comida Chatarra, recién ahora, luego de 3 años, el Ministerio de Salud reglamentará un aspecto fundamental de la misma: la publicidad.
Actualmente, el Ministerio de Salud se encuentra recibiendo comentarios sobre la reglamentación de las advertencias que deben ir en los productos chatarra. Regular este aspecto es fundamental, debido a que muchas veces se ofrecen productos como saludables cuando en realidad no lo son, información que los niños y los padres desconocen.
“Con esta reglamentación de la ley se propone que los envases de los productos, así como la publicidad en radio, televisión y medios impresos incluyan advertencias claras que indiquen que dichos alimentos contienen alta cantidad de azúcar, sal y grasas, de modo que los consumidores sepan que son malos para la salud”, explica Geraldine Mauras, vocera de la Asociación Peruana de Consumidores (Aspec)
La especialista indica que la actual reglamentación no es tan específica como en otros países de la región. “En Ecuador los productos envasados tienen colores que indican cuáles son altos en sodio y en grasas. En Chile, los productos altos en azúcares tienen un símbolo de hexágono para que los consumidores reconozcan rápidamente los alimentos dañinos. Acá solamente se va a poner una advertencia.”
Cabe destacar que la actual legislación ha ignorado regular la cantidad de grasas trans máximas que deberían tener los alimentos procesados. Esto es preocupante debido a que estas son las grasas más perjudiciales para los niños, pues elevan los índices de colesterol y las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares.
Saby Alza, decana del colegio de nutricionistas del Perú resalta además la necesidad de desmarcar a la comida de los juguetes. “La comida no puede ser ni un premio ni un castigo; debe esta fuera de este tipo de clasificaciones.” Luego del 24 de octubre, el Ministerio de Salud publicará la reglamentación definitiva de la publicidad de comida chatarra. A partir de esa fecha, las industrias tienen seis meses para adecuar sus anuncios.
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