Ni bien la demencia se desarrolle, evoluciona con igual intensidad entre personas con altos grados intelectuales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mundo existen 50 millones de personas con demencia y cada año aparecen 10 millones de casos nuevos.
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La creencia dice que a mayor actividad mental una persona puede prevenir los síndromes mentales tan temidos de las demencias. Sin embargo, una investigación elaborada por científicos del Centro Médico de la Universidad de Rush (Chicago, Estados Unidos) demostró que esta es una verdad a medias.
A partir del estudio de 3.000 voluntarios que tenían un promedio de edad de 80 años y 16 años de educación, se analizaron a tres grupos, según el nivel intelectual: los que no terminaron secundaria; los que sí fueron a la Universidad, pero solo a bachillerato de 4 años y los que completaron hasta doctorados e hicieron especialidades en el futuro.
Los voluntarios no solo fueron evaluados por su reserva cognitiva o intelectual, sino que también accedieron a donar su cerebro a la ciencia, luego de su muerte. Los investigadores les hicieron seguimiento durante 8 años. A lo largo de ese período de tiempo 1.000 personas fallecieron, 700 desarrollaron demencia y al final se estudiaron 752 cerebros, según precisó el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta, en el programa La Rotativa del Aire.
Los investigadores encontraron que las personas con los más altos niveles de educación se defendieron mejor que las personas no educadas de los síntomas iniciales de las demencias como el manejo de olvidos y de problemas del juicio . Pero una vez los síntomas avanzaron, no hubo diferencia y la enfermedad avanzó.
“Si bien es cierto que un alto grado de educación puede retrasar el inicio de una demencia, una vez esta comience, la enfermedad avanza con la misma velocidad, independientemente de si la persona es educada o no”, dijo Elmer Huerta.
Otro resultado importante de la investigación es que el ejercicio diario también tiene efecto en la prevención de las demencias porque las personas ejercitadas tienen menos mini derrames cerebrales, los cuales son la segunda causa de demencia, luego del Alzheimer, se le conoce como la demencia vascular.
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