Genoveva Núñez ha dedicado casi 40 años a la artesanía nacional, destacando por elaborar reconocidos retablos. Por ello, recibió el Premio Nacional Amautas de la Artesanía Peruana 2020 y se convirtió en la séptima mujer que recibe este título en todo el Perú.
El retablo es una de las expresiones artísticas más reconocidas del ande peruano, donde los maestros artesanos se inspiran en la cotidianidad y costumbres para elaborar piezas fabricadas a mano y al detalle. Una de las artesanas que mantiene viva esta tradición es la maestra cusqueña Genoveva Núñez Herrera que, al ser reconocida con el “Premio Nacional Amautas de la Artesanía Peruana 2020” se convirtió en la séptima mujer que recibe este título en todo el Perú.
De esta manera, Genoveva Núñez, representante de la línea artesanal de imaginería, se suma al selecto grupo de 36 artesanos que provienen de siete regiones del país. Todos ellos son reconocidos por su destacada trayectoria como “Amautas”, la más importante distinción que concede el Estado peruano a la artesanía nacional.
Asimismo, este premio distingue la labor de la maestra por su aporte al desarrollo de la artesanía con la transmisión de sus conocimientos a las nuevas generaciones de hombres y mujeres que se dedican a esta actividad milenaria.
“Este premio reconoce los casi 40 años de trayectoria de Genoveva Núñez que, junto a su esposo el maestro Jesús Urbano Rojas, pusieron en valor el retablo ayacuchano. En estos años, además de maravillosos trabajos, nos ha mostrado, a través de sus enseñanzas, su compromiso para preservar el patrimonio cultural peruano”, aseveró Claudia Cornejo, ministra de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur).
Una trayectoria inspiradora
La trayectoria artística de doña Genoveva se inicia en el año 1982, en el curso taller de Imaginería y Retablo ayacuchano dictado por el maestro artesano don Jesús Urbano Rojas, Amauta de Artesanía Peruana y quien, más adelante, se convertiría en su mentor y esposo.
Desde su matrimonio, la pareja Urbano Núñez convivió en la casa taller de Alto Huampaní (Chaclacayo), donde Genoveva Nuñez continuaba aprendiendo el oficio de retablista con disciplina. En el taller, hizo los primeros modelados que plasmaron sus vivencias en el Cusco, región donde nació y creció.
El arte de Genoveva destaca por su narrativa heredada, en la que mezcla su autobiografía, historia y las tradiciones sobrenaturales de su pueblo. Por ello, en sus retablos se pueden apreciar santos y figuras de animales como protectores, plantas, sirenas, entre otros.
La obra de la maestra artesana acopia mucha información sobre su permanencia en distintas haciendas cusqueñas, donde vivieron y trabajaron sus padres. El entorno natural de la sierra también inspiró a Genoveva, pues en su artesanía y relatos incorpora elementos de la fauna como pumas, zorros y venados; y flora silvestre como capulíes y magueyes.
Su esposo falleció en el 2014 y, tras ese hecho, doña Genoveva se encargó de continuar con la tradición del retablo. Desde entonces, no ha parado. Ha realizado exposiciones en todo el país y se ha desempeñado como docente en talleres y cursos; así como ponente en seminarios sobre arte.
Su trayectoria también fue reconocida en el 2018 con la medalla "Joaquín López Antay ", otorgada por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) y el Congreso de la República.
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