Los roles de género y los estereotipos afectan a hombres y a mujeres desde pequeños, pero son ellas quienes se ven más perjudicadas conforme van creciendo. La educación en casa es fundamental para alcanzar el cambio que queremos.
La igualdad de género es una meta que aún tenemos pendiente en el país. El machismo y los estereotipos de género presentes en la sociedad son una de las principales razones por las que las mujeres siguen enfrentando un trato desigual en su día a día: ganan 506 soles menos que sus pares hombres por realizar el mismo trabajo en el mismo tiempo y son las principales víctimas de acoso sexual callejero y de violencia doméstica, según el INEI.
Aunque se han logrado avances, tanto a nivel de representación política al tener más mujeres en puestos de liderazgo, como a nivel social con las manifestaciones en contra de la violencia de género como Ni Una Menos; aún se necesita trabajar mucho en la educación y no solo la que se imparte en los colegios, sino también la que se aprende y se practica en casa.
Tal como menciona ONU Mujeres, para conseguir el cambio verdadero no basta solo con avanzar legalmente o con establecer acuerdos internacionales, sino que también es necesario comprometernos a actuar diariamente en favor de la igualdad. “La manera en que pensamos y actuamos todos los días puede generar un efecto dominó que beneficie a todas las personas”, señala la entidad.
Con acciones diarias también podemos contribuir a equiparar el camino, para que las mujeres puedan vivir en un país más igualitario, seguro y respetuoso de sus derechos, y para que los hombres no estén atados a los roles que les impone la sociedad como el no poder demostrar sus emociones. A continuación, repasamos tres formas de fomentar y contribuir a la igualdad de género desde casa:
1) Compartir el trabajo doméstico
Aún existen pensamientos tradicionales y roles de género que suelen asociar a las mujeres con el cuidado de niños y del hogar, destacando solo “su lado maternal” e invalidando sus diferentes capacidades y potencial.
Las estadísticas hablan por sí solas: según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT), en nuestro país las mujeres dedican, a la semana, 23 horas más que los hombres al trabajo doméstico no remunerado, lo cual incluye el cuidado de niños o ancianos. Esto impide que inviertan tiempo en educarse, trabajar o en actividades de ocio.
Repartir el trabajo doméstico y la crianza de niños y niñas por igual es una práctica que fomenta la igualdad. Para lograrlo, podemos listar las actividades necesarias para mantener el hogar, establecer horarios y dividirlas según tiempo o aptitudes. Acciones sencillas como cocinar, poner la mesa, lavar los servicios o barrer pueden hacer la diferencia.
Es importante destacar que los hombres no “ayudan en las labores domésticas”, sino que, como parte de una familia, son responsables del trabajo doméstico. Si eres padre o madre, involucra a tus hijos e hijas para que se dividan las pequeñas tareas sin importar el género, así no solo darás el ejemplo, sino que también ayudarás a educarlos en igualdad desde pequeños.
2) Reforzar la confianza y el empoderamiento de las niñas
Los estereotipos de género y el machismo suelen reproducirse dentro del hogar, a veces sin darnos cuenta, y transferirse de una generación a otra. Por eso, es fundamental que revises cómo te refieres a las mujeres y cómo tratas a las niñas dentro de tu hogar.
ONU Mujeres ya ha mencionado que “incluso antes de llegar a la pubertad, las niñas de todo el mundo ya han internalizado creencias sobre su lugar, valor y papel en la sociedad”. Ideas como que “tienes que ser delicada”, “las niñas son indefensas y los hombres fuertes” o que “hay deportes y carreras para hombres y otras para mujeres” tienen como consecuencia una autoestima baja e impiden que ellas desarrollen todo su potencial.
¿Qué hacer desde el hogar? La ONU menciona que es vital recordar a las niñas que son fuertes, capaces, independientes y que sus derechos deben ser respetados. También es importante enseñarles que valen más que su apariencia y resaltar su inteligencia, liderazgo y capacidad física.
3) Educar a los niños en igualdad de género
Las Naciones Unidas ha mencionado que son los niños y los jóvenes quienes se muestran más dispuestos que los adultos a hablar de las normas de género y a cuestionarlas. Los niños y hombres son grandes aliados para conseguir la igualdad. En ese sentido, es vital trabajar en una masculinidad sana que les permita aceptar sus emociones sin encasillarlos en roles.
Debemos evitar reproducir expresiones como “los hombres no lloran” o “sé un hombre”, pues están ligadas con una noción tradicional de masculinidad que implica la represión de emociones y la comparación entre lo que debe ser un hombre y lo que debe ser una mujer.
Al contrario, debemos trabajar desde el hogar para construir nuevas masculinidades saludables que acepten las emociones y también valoren la sensibilidad, cuidado y otros rasgos que la sociedad suele restringir solo a las mujeres. Permite que los niños se expresen, sientan y jueguen libremente.
Las niñas, las adolescentes y mujeres merecen vivir en un país con igualdad de derechos y oportunidades; lograr este objetivo es tarea de todos y todas. Creciendo en igualdad, mejoramos como sociedad. Mujeres de Cambio es una campaña organizada por RPP.
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