Gracias a este proyecto, los estudiantes de la carrera de Ingeniería Electrónica obtuvieron el primer lugar en un concurso que reconoce las iniciativas de innovación social utilizando tecnología sostenible.
La pandemia ha cambiado nuestros hábitos y, por ejemplo, ahora toda la ciudadanía está obligada a usar mascarillas para salvaguardar su salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso de este artículo de bioseguridad es necesario para evitar la propagación de la COVID-19, que se transmite principalmente a través de las gotículas que salen de la nariz o la boca de una persona infectada.
En esta coyuntura, los estudiantes de ingeniería electrónica Jhonny Quiliche, Jorge Vicuña, Juan Gargate y Fabián Yarlequé, pertenecientes al grupo “Qhipa Pacha” de la Universidad Privada del Norte (UPN), crearon un innovador robot que busca hacer respetar el uso de mascarillas en espacios públicos como colegios, hospitales y parques. El “IoTMaskRover” -como lo han bautizado- también contribuye con el recojo de mascarillas descartables en la vía pública para minimizar la propagación del COVID-19 en la población sin impactar en el medio ambiente.
Para los cuatro amigos, el incumplimiento de las normas sanitarias en sus distritos fue una gran preocupación y, a la vez, una motivación para empezar a diseñar este prototipo de robot. Sin embargo, en el camino se enfrentaron a grandes retos, sobre todo cuando la mamá de uno de ellos, Fabián Yarlequé, contrajo el virus.
“Mi madre cayó con COVID-19 en el Día del Padre, ahí comenzó a sentirse mal. Y eso nos impulsó más como grupo porque somos muy amigos, comenzamos a tener más ideas, a implementarlo rápido. Fue muy difícil sobrellevar ese tiempo porque a cada uno nos sensibilizó un poco más, nos hizo tomar conciencia de las cosas”, cuenta Fabián Yarlequé.
Finalmente, el tiempo dedicado a construir el “IoTMaskRover” dio frutos y los alumnos de la carrera de Ingeniería Electrónica obtuvieron el primer lugar en el concurso a nivel nacional “IEEE YESIST 12 - 2020”, un evento que premia el esfuerzo de jóvenes por iniciativas de innovación social utilizando tecnología sostenible.
“Fue un gran reto como equipo construir este proyecto durante la pandemia porque no teníamos al alcance algunas piezas electrónicas y repuestos. Finalmente tuvimos que organizarnos virtualmente para el ensamblaje, programación y presentación del proyecto”, comenta Jorge Vicuña.
Pese a los inconvenientes de la pandemia, los estudiantes desarrollaron este proyecto en tres meses con la aplicación de tres tecnologías para su funcionamiento: la robótica, inteligencia artificial y el IoT. De esta manera, cuando el robot detecta que una persona no está utilizando la mascarilla o no está cumpliendo con el distanciamiento social, emite una alerta al centro de control que lo maneja y que puede estar en cualquier lugar del mundo.
Esto es posible gracias a una pantalla integrada al robot que puede reconocer a las personas que están sin mascarilla. De esta manera, la persona que lo controla hace un llamado de atención mediante una pantalla para que se la coloquen correctamente y cumplan con el distanciamiento social. Si no le hacen caso, el robot emite una alarma con un sonido similar al de una bocina y se procede a contactar a las autoridades fiscalizadoras o fuerzas del orden.
Actualmente, los jóvenes tienen como meta poder armar una estructura estable que sea 100% de metal para realizar el periodo de prueba en instituciones como universidades y, paulatinamente, en hospitales y municipalidades.
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