En el marco del día internacional de la silla de ruedas, descubre cómo la innovación las ha transformado, ofreciendo mayor independencia y libertad a quienes las utilizan. Un recorrido histórico desde las carretillas hasta las modernas sillas eléctricas.
La silla de ruedas ha existido desde siempre, y su importancia y necesidad eran tales que, en sus inicios, las personas con problemas de movilidad empleaban carretillas o muebles con ruedas. No fue hasta 1595 que el rey Felipe II de España, quien padecía de artritis y gota (artritis inflamatoria), mandó a construir una versión mejorada.
Esta era conocida como la “silla de inválido” y su uso tenía una connotación negativa, pues era sinónimo de dependencia por la necesidad de contar con otra persona para moverla, así como por la dificultad de su uso y su gran peso.
Más de 400 años han pasado desde este hecho y aunque el estigma sobre las personas que emplean sillas de ruedas continúa presente, también se ha visto un gran avance en su independencia, y a la fecha existen más oportunidades para su inserción en la sociedad. Pero ¿cómo es que se pasó de unidades complejas y pesadas a unas más ligeras y autónomas? En esta nota te contamos todos los detalles.
Un largo camino
Durante muchos años, las sillas de ruedas fueron consideradas más como un dispositivo médico que como una herramienta de independencia. A ello se le sumaba su alto costo y gran ineficacia en exteriores. Sin embargo, su necesidad fue aumentando con la llegada de las diversas guerras y pandemias que acontecían en el mundo, como lo fueron la Guerra Civil de Estados Unidos, las dos Guerras Mundiales y posteriormente la llegada de la epidemia de poliomielitis en los años 40.
Aunque es cierto que alrededor de 1930 se creó la primera silla de ruedas plegable, que redujo a la mitad su peso promedio, el monopolio de inventores afectó al avance y la producción en serie. Pese a ello, un grupo de atletas con discapacidad no se quedó con los brazos cruzados y a partir de los años 60 ellos mismos comenzaron a modificar sus sillas para hacerlas más ligeras y fáciles de usar.
Marilyn Hamilton fue una de las deportistas que lideró este movimiento. Ella, luego de perder una de sus piernas en un accidente de parapente, se dedicó al desarrollo de mejores y más versátiles sillas de ruedas. Así ayudó a diseñar unidades ultraligeras y perfectas para practicar deporte y fue con uno de estos modelos con el que la atleta ganó una medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de Invierno de 1988. "Nuestras sillas son tan estéticamente agradables que ayudan a derribar las barreras entre personas de distintas capacidades", sostuvo.
Con este hecho, sumado al creciente movimiento por los derechos de los discapacitados, la demanda de sillas fue en ascenso. Como consecuencia, se crearon mejores modelos que finalmente permitieron a sus usuarios acceder a una independencia y libertad sin precedentes.
Grandes proyecciones
A la fecha, existe una amplia variedad de diseños y precios de sillas de ruedas, cada vez más ligeras. Desde unidades especiales para personas con limitaciones de movilidad en los brazos hasta sillas eléctricas que suben y bajan escaleras.
A pesar del gran avance, las empresas de este rubro aún continúan buscando mejorar los modelos e indican que la inclusión de inteligencia artificial será el siguiente paso. Uno de los principales retos es evitar los vuelcos peligrosos, por lo que se intenta incorporar radares, cámaras y más tecnología para que sus usuarios tengan una vida más independiente y libre.
“Ciudades con Futuro” es una campaña de RPP con el compromiso de Enel, energía para un país más sostenible.
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