Para fortalecer el liderazgo femenino en el debate público se deben cambiar las dinámicas que restan oportunidades a las más jóvenes. Expertas nos cuentan cuáles son estas dinámicas y cómo incentivar a que más mujeres se involucren en estos espacios.
La renovación de los cuadros políticos en el Perú ha iniciado desde hace un tiempo y cada vez son más los jóvenes que deciden involucrarse en la militancia partidaria. Esto puede verse reflejado, por ejemplo, en los congresistas electos para el periodo 2021-2026: 34 parlamentarios tienen menos de 40 años y, entre ellos, seis tienen menos de 30, según cifras del Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
Si bien estos resultados son una muestra de que empiezan a forjarse nuevos liderazgos en la política nacional, el acceso a estos espacios no es equitativo para todos, especialmente para las mujeres jóvenes. La escasez e incluso la invisibilización de referentes, el hostigamiento y otras manifestaciones del machismo internalizado las coloca en desventaja frente a sus pares varones, afirman expertas consultadas para esta nota.
¿Qué enfrenta una joven cuando decide participar en la política?
Cuando una joven mujer decide involucrarse en espacios políticos, incluso más allá de los cargos de elección popular, se expone al escrutinio indiscriminado de su vida personal, asegura Sandra Miranda, presidenta del colectivo ciudadano EsMomento.
Para la abogada, es inadmisible que su participación en espacios públicos se vea reducido a comentarios sobre su vestimenta o su vida sexual, por ejemplo. “Estos comentarios traen abajo miles de años de construcción de empoderamiento de mujeres en política porque difícilmente una mujer va a querer ingresar en estos espacios si su vida íntima es objeto de crítica por parte de la sociedad civil y los medios de comunicación sin tener ningún tipo de autorregulación”, puntualiza.
Otro aspecto a considerar es que, a lo largo de la historia, el aporte de las peruanas en posiciones de mando ha sido invisibilizado, lo que ha devenido en una escasez de referentes para muchas mujeres en el país. Según Miranda, los ejemplos de mujer que se les impone desde jóvenes están orientados, por el contrario, hacia su rol de madres.
“La mayoría de referentes que nos han impuesto muchas veces han sido de un modelo de mujer desde el punto de visto de la maternidad, pero no necesariamente desde esa vida en el espacio público y político que durante mucho tiempo se ha pensado que está negado para nosotras y no es así”, sostiene.
La construcción de modelos a seguir pasará por reconocer el trabajo de las mujeres que asumieron el liderazgo de instituciones, contribuyeron en la gestión pública y movilizaron a la ciudadanía en el pasado y que lo continúan haciendo. De esta manera, las jóvenes interesadas en política tendrán caminos ya trazados previamente por alguien, así lo explica Elvia Barrios, primera presidenta mujer del Poder Judicial en nuestra historia.
Para la magistrada, se requiere que más mujeres jóvenes desarrollen la voluntad de transitar por este camino complejo ya que, pese a los avances en materia de género, aún no es un espacio completamente seguro para ellas.
¿Cómo fomentar la participación de jóvenes mujeres en política?
Cuando Romi Infantas postuló para ser regidora de la provincia de Cusco, no imaginó que terminaría por recibir el encargo de liderar la municipalidad en medio de la pandemia por la COVID-19, ni mucho menos convertirse en la alcaldesa más joven en la historia de su ciudad. Si bien no era un cargo que esperaba asumir tan pronto, asegura que se sentía preparada para afrontar el reto.
La actual teniente alcaldesa de Cusco afirma que la mejor herramienta para el empoderamiento de las mujeres jóvenes en espacios de toma de decisiones es la capacitación constante por parte de los partidos. “Para que se involucren en la política hay que invitarlas a participar de estos procesos y en temas de interés público. Una persona se compromete más o se involucra más, cuando siente que es escuchada”, señala.
En ello coincide Sandra Miranda, quien anota que espacios políticos como los que hay en la gestión pública, los colectivos ciudadanos y los mismos partidos políticos deben tener como garantía el respeto por las mujeres en su diversidad y el compromiso de no encasillarlas en determinadas tareas solo por ser mujeres.
La brecha entre las oportunidades que tienen las mujeres y los hombres jóvenes para asumir posiciones de liderazgo en política es aún grande, pero viene reduciéndose con los años. Esto sucede, en palabras de Elvia Barrios, porque las mujeres “han dejado atrás ese rol que dice que ‘les corresponde’ el lado privado y de la maternidad, para darle más prioridad a su profesionalización”.
Con mujeres encabezando instancias de toma de decisiones fundamentales para el país como el Tribunal Constitucional, la Fiscalía de la Nación o el mismo Poder Judicial, es posible advertir que hay un futuro para las jóvenes que decidan involucrarse en estos espacios. “Este es nuestro tiempo: es el tiempo de las mujeres. Nuestro posicionamiento en las diferentes esferas demuestra que es nuestro tiempo y es la oportunidad que tenemos las mujeres para lograr la paridad y fundamentalmente la igualdad”, sentencia Barrios.
Mujeres de Cambio es una campaña organizada por RPP que busca transmitir la necesidad de tener más mujeres empoderadas desde pequeñas, que logren alcanzar sus sueños, que rompan los estereotipos y que estén mejor representadas.
Comparte esta noticia