Los objetos binarios con masa de Júpiter que flotan libremente en la Nebulosa de Orión parecen desafiar la definición habitual de planetas.
El telescopio James Webb ha detectado estructuras presentes en la Nebulosa de Orión que se parecen a planetas de la masa de Júpiter, lo que desafía lo que conocen los científicos sobre ellas.
Este descubrimiento es sorprendente porque son demasiado pequeños para ser estrellas, pero también desafían la definición convencional de planeta porque no están en órbita alrededor de una estrella madre, sino entre ellas.
El estudio
"Hay algo mal en nuestra comprensión de la formación de planetas, de la formación de estrellas o de ambas", dijo al New York Times Samuel Pearson, científico de la Agencia Espacial Europea (ESA) y coautor de un nuevo estudio que examina los planetas. "No deberían existir".
Los planetas, que los investigadores llaman objetos binarios de masa de Júpiter (JuMBO), fueron detectados por el telescopio espacial James Webb y descubiertos mientras observaban la Nebulosa de Orión. Lo confuso no es que existan; más bien, es que los planetas parecen orbitar entre sí, no alrededor de una estrella.
En total, los investigadores encontraron 42 de estos planetas en la nebulosa, que se encuentra a 1.500 años luz de la Tierra. Estos orbitan entre sí en trayectorias que tardan más de 20 mil años en completarse.
Generalmente, los planetas se forman por la atracción gravitacional de una estrella, que los empuja hacia su órbita. Con estos planetas vistos orbitando entre sí en la Nebulosa de Orión, los científicos creen que inicialmente se formaron alrededor de estrellas, pero luego fueron desprendidos por las estrellas cuando las estrellas entraron en contacto entre sí.
Según los modelos científicos existentes, no debería ser posible formar objetos individuales tan pequeños directamente a partir de nubes de polvo y gas, y mucho menos en pares, afirmó el Dr. Pearson. Incluso si fueran planetas expulsados (expulsados violentamente de estrellas jóvenes debido a fuerzas gravitacionales), tampoco está claro por qué habría tantos pareados.
“Es como patear una taza de té al otro lado de una habitación y que todo el té caiga en la taza”, dijo. “Y luego hacer eso 42 veces”.
Nuevas investigaciones
Los JuMBO tienen alrededor de un millón de años (jóvenes para el universo) y tienen temperaturas superficiales de aproximadamente 1000 °C.
Sin embargo, sin una estrella anfitriona, se enfriarán con rapidez y presentarán brevemente temperaturas en el rango de habitabilidad antes de volverse increíblemente frías. Eso sí, como gigantes gaseosos, sus superficies no albergarían agua líquida, incluso durante su breve ventana templada, lo que significa que no es probable que sean fuertes contendientes para albergar vida extraterrestre.
El profesor Matthew Bate, jefe de astrofísica de la Universidad de Exeter, que no participó en la investigación, dijo: “No sé cómo explicar la gran cantidad de objetos que han visto. Parece que nos falta algo en todas las teorías que tenemos hasta ahora. Parece que hay un mecanismo que está formando estos [objetos] en el que aún no hemos pensado”.
El papel del James Webb será clave para conocer más de la dinámica de estos objetos, los cuales han generado ya el interés de la comunidad científica.
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