En un contexto de alta inestabilidad política, un estudio internacional con data sumamente relevante ha pasado prácticamente desapercibido para la opinión pública nacional. Hace pocas semanas el Imperial College de Londres (ICL), dio a conocer una investigación que analiza la estatura de 65 millones de niños y jóvenes entre 5 y 19 años, en 193 países desde 1985 hasta el 2019. De acuerdo con Andrea Rodríguez Martínez, responsable de la investigación, es la primera vez que lleva a cabo un estudio de estas dimensiones. Las variables utilizadas por la Escuela de Salud Pública de ICL son básicamente la altura y la masa muscular, principales indicadores utilizados por los pediatras para medir la salud de las personas. Los hallazgos deben encender todas las alarmas en el Perú.
De acuerdo con ICL, el país con población de mayor estatura del mundo es Holanda con 1.84 centímetros para hombres y 1.70 cm para mujeres en promedio. Le sigue Dinamarca, Islandia y Estonia. Otro aspecto a destacar ha sido la evolución que se ha dado entre 1985 y 2019. Por ejemplo, China ha visto un impresionante aumento de 8.1 cm del promedio de estatura de sus niños y jóvenes. Otros países como Corea del Sur han incrementado su talla en 6.8 cm, Tailandia 5.8 cm y Costa Rica 5.7 cm
Nuestro país muestra resultados sumamente preocupantes ya que se ubica en la posición 188 de 193 países evaluados, y comparte los últimos lugares con Estados fallidos que han sufrido hambrunas y guerras civiles, como Myanmar, Yemen y Timor Oriental. De acuerdo con el banco de datos de ICL, la estatura media de Perú solamente supera a Guatemala en América Latina y se encuentra en el último lugar de América del Sur.
Según el estudio, el promedio de estatura de los varones peruanos solamente se incrementó 2.5 cm en 34 años, muy lejos de Colombia con 4.5 cm, Uruguay con 4.1 cm, Bolivia con 3.8 cm, Paraguay con 3.7 cm, Chile 3.6, Ecuador 3.1 cm o Argentina con 2.7 cm. Prácticamente todos nuestros vecinos nos superan.
Empero si hacemos un análisis de brechas, la situación no es mejor. Veamos el caso de las mujeres. Según ICL, en 1985 una chica peruana de 19 años tenía una estatura promedio de 1.50 cm. Al 2019 dicho promedio se elevó 3.7 cm, es decir casi 1.54. Sin embargo, en países con grandes similitudes como Bolivia y Ecuador, dicho crecimiento fue de 4.5 y 4.3 respectivamente. Si en 1985 la brecha de estatura entre una peruana y una boliviana era 1 cm, al 2019 es de 1.5 cm. Con las ecuatorianas la brecha se amplió de 1 a 1.3 cm, con las brasileñas pasó de 8 a 8.4 cm.
¿A qué se debe esto? Si bien es cierto que la estatura es explicada por variables multicausales como la genética, el medioambiente, el estrés o la actividad física, para el equipo de ICL el factor clave y preponderante es la fortaleza del Estado, vale decir la solvencia que tiene un país para diseñar, implementar y evaluar políticas públicas contra la desnutrición. Un ejemplo es la capacidad de los comedores escolares en tres variables: cobertura, calidad y oportunidad. Cobertura haciendo referencia al porcentaje de niños que se alimentan en la escuela, calidad se vincula con el valor nutricional ofrecido en el colegio y oportunidad va de la mano con brindar alimentos los fines de semana y durante las vacaciones.
Estos hallazgos refuerzan la hipótesis de investigadores como Robinson y Acemoglu (2012), que argumentaron que la diferencia entre los países que alcanzan la prosperidad y los que fracasan se debe a la calidad de sus instituciones políticas.
¿Qué lecciones deja esto para el Perú? La primera es que se evidencia una vez más que el Estado peruano es probablemente el más débil de América del Sur. La segunda y la más urgente es que estos problemas estructurales no se solucionan con reformas o parches, prácticamente se necesita una refundación. Los resultados no nos están acompañando y es hora de pensar en una nueva estrategia, un nuevo enfoque, un nuevo contrato social que efectivamente traiga desarrollo y bienestar para la población.
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