
Gerardo Felipe Morón
Presidente de COMYPE Ica, especialista y consultor en temas de MYPES.
Catedrático de la Universidad Tecnológica del Perú UTP - Ica y Gerente del Centro Empresarial de Comercio y Turismo Consultores.
El Festival Internacional de la Vendimia Iqueña es más que una celebración vitivinícola; es un símbolo de identidad cultural regional y un motor de desarrollo económico. Desde su creación en 1958, la Vendimia ha evolucionado hasta convertirse en una de las festividades más importantes del Perú y posee el potencial de convertirse en uno de los principales eventos enoturísticos a nivel internacional.
La 60ª edición del Festival Internacional de la Vendimia Iqueña se encuentra en pleno desarrollo del 7 al 17 de marzo de 2025 y lleva como lema 'Volviendo al Origen', que resalta las raíces tradicionales del evento a la vez que incorpora innovaciones para proyectarla hacia el futuro. El festival actual ofrece una amplia variedad de actividades que van desde presentaciones artísticas y ferias gastronómicas hasta la famosa coronación de la Reina de la Vendimia. También se organizan catas de vino y pisco para que los asistentes degusten y conozcan la diversidad de sabores y aromas que los caracterizan. Además de las actividades tradicionales, este año se han programado conciertos con artistas de renombre internacional.
Un aspecto menos conocido es el significativo impacto económico de la Vendimia en la región de Ica. En 2024, se estimó la llegada de más de 150,000 turistas durante el festival, y para la edición de 2025 se prevé superar los 200,000 visitantes, según información de la Cámara de Comercio de Ica. Durante la festividad, diversos sectores experimentan un crecimiento notable. La industria del turismo incrementa la demanda de hoteles, hostales y otros alojamientos alcanzando niveles de ocupación cercanos al 100%. El sector gastronómico registra un aumento en las ventas, especialmente en restaurantes, ferias de comida y comercios de vinos y piscos de la región. Otros sectores como transporte, artesanías y demás aumentan sus ventas para atender la alta demanda temporal durante esas fechas. En términos de ganancias económicas, en 2018 se reportó que la Vendimia generó entre 25 y 30 millones de soles solo en la provincia de Ica, con un gasto promedio por visitante de entre 1,500 y 1,600 soles. Aunque no se han publicado cifras más recientes, el crecimiento constante del festival sugiere que las ganancias actuales podrían ser significativamente mayores.
Pese a lo anterior, la Vendimia aún no ha explotado todo su potencial como evento internacional de enoturismo. La Vendimia de Ica debe consolidarse como un referente internacional clave para posicionar a Perú como la cuna del pisco, atrayendo el interés de los amantes del enoturismo y de un segmento de turismo extranjero de alto poder adquisitivo. Su impacto debe trascender las fechas de la festividad, incentivando a los viajeros a planificar visitas durante todo el año para recorrer bodegas, campos y atractivos regionales tal como sucede de manera exitosa en Mendoza-Argentina, donde el turismo vitivinícola se ha convertido en un pilar fundamental de la economía local.
En esa línea, para ampliar el impacto del evento y atraer a un público más diverso, recientemente se han implementado nuevas estrategias de promoción e innovación, como plataformas digitales para mejorar la experiencia inmersiva. Además, se ha apostado por una gestión sostenible del evento, con el uso de materiales biodegradables y un manejo responsable de residuos. No obstante, cualquier esfuerzo tendrá un impacto limitado si no se establece una política de promoción turística de la región y se articula con iniciativas de infraestructura que permitan su expansión.
El futuro de la Vendimia Iqueña se vislumbra prometedor, pero para consolidarse como un referente internacional en turismo vitivinícola es fundamental que el gobierno gestione una mejor promoción de la región Ica como destino turístico, fortalezca alianzas con entidades internacionales y promueva inversiones en infraestructura que contribuyan a su crecimiento. Con una mejor gestión turística, la Vendimia Iqueña no solo debería aspirar a celebrar localmente el fruto de la vid, sino a posicionarse como un epicentro del turismo y cultura vitivinícola a nivel internacional.
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