“La vida te quita y te da”, reza una canción. Así como esta navidad nos ha sorprendido gratamente con la designación de la flamante Reserva Nacional Illescas, también nos ha traído una noticia muy triste: el fallecimiento de Thomas Lovejoy, el científico y conservacionista más reconocido y respetado sobre la Amazonía a nivel mundial, …y un gran amigo del Perú.
Tom, como lo conocimos quienes tuvimos una amistad con este extraordinario personaje, tuvo un rol extremadamente importante en nuestro conocimiento de la ecología amazónica, pero más que nada, y basado en la ciencia que impulsó, en resaltar urgencia de proteger los bosques amazónicos. Sus más de 50 años dedicados a la investigación, al apoyo a ideas, a organizaciones e individuos trabajando por proteger la Amazonía, han dejado un legado difícil de medir. A él se le atribuye la autoría del término “diversidad biológica” (o biodiversidad). El fue uno de los que desarrollaron las bases para el diseño de las áreas protegidas en cuanto a tamaño y conectividad, del “efecto de borde”, y de otros conceptos claves para la protección de la biodiversidad. Y últimamente, junto con Carlos Nobre, él fue quien nos ha hecho ver que estamos entrando en el “punto de no retorno” (“tipping point”), de continuar con los niveles de deforestación que la Amazonía sufre.
Irresistiblemente carismático, conocido por su inusual elegancia -y por su casi infaltable corbata “michi”, él siempre fue la estrella en cualquier evento sobre la amazonia, principalmente de la del Brasil donde realizó la mayoría de sus investigaciones. Y, si alguien iba a escribir algo sobre la amazonia, él era la primera persona a quien se acudía. Tom fue responsable de direccionar cientos de millones de dólares para apoyar la protección de los bosques, a través de idear mecanismos de financiación novedosos, o como consejero de instituciones financieras y filantrópicas. El también fue un arduo defensor de los territorios indígenas amazónicos. Como investigador principal de varias organizaciones, entre ellas la WWF, el instituto Smithsonian y de varias universidades, el fue un propulsor de la investigación científica, de la importancia de ella para las acciones de conservación, y últimamente, de hacer público el rol de los bosques amazónicos como estabilizadores climáticos.
“Mister Amazon” como a quien bromeando siempre le llamé, fue un gran amigo del Perú y de las ONGs ambientales. Hasta el día de su partida, él fue miembro activo de la Alianza Amazónica de la que la ONG ACCA-Conservación Amazónica es parte, y siguió dando las pautas para impulsar un modelo de desarrollo basado en la bioeconomía. Las palabras se quedan cortas para describir el legado de Thomas Lovejoy, mentor y amigo de muchos. Desde hace mucho, su nombre se ha convertido en un sinónimo con la amazonia, y en el Perú siempre le rendiremos homenaje al Padre de la Biodiversidad. Gracias, apreciado Tom.
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