Durante el siglo VIII a. C., la ciudad de Delphi en Grecia se hizo conocida por los poderes oraculares de Pythia, la sacerdotisa que podía anunciar el futuro. En aquellos tiempos, los antiguos líderes de los pueblos del Mediterráneo confiaban tanto en Pythia que no se tomaba ninguna decisión importante sin consultar primero con ella. En el imperio Incaico, las entidades sagradas, objetos, imágenes o lugares donde existía este poder oracular eran denominados Huacas (wak’a). Los incas generalmente “hablaban” con los oráculos para preguntar sobre el éxito de campañas militares, legitimando el poder del Inca y volviendo incuestionables sus mandatos.
En la actualidad, los oráculos han perdido credibilidad, pero el interés de saber acerca del futuro para tomar decisiones correctas sigue presente. Los seres humanos intentamos dirigir nuestros destinos gracias a decisiones tomadas en base a experiencias pasadas, las cuales hemos acumulado durante nuestra existencia. De igual forma, las empresas tienen el mismo interés, sin embargo, son organizaciones más complejas, cuya experiencia pasada se ve reflejada por los datos que han decidido almacenar durante su existencia. En este contexto, el término Ciencia de Datos surge ante la necesidad de las empresas de explotar los datos que se generan dentro (y fuera) de ella a fin de construir nuevo conocimiento y forjar ventajas competitivas.
Analizar datos ya se hacía desde hace mucho tiempo; sin embargo, nuevos términos y conceptos tales como Big Data, Internet of Things, Business Intelligence y Natural Language Processing, entre otros, han hecho que las técnicas de la Ciencia de Datos sean imprescindibles en las empresas.
Un ejemplo de cómo se emplea el procesamiento de datos a favor de un negocio es el de Disney. La compañía lanzó en 2013 sus brazaletes MagicBands, los cuales están conectados a un RFID (Frecuencia Radial de Identificación) y son entregados en sus parques. Gracias al análisis de los datos generados por estos brazaletes, Disney puede determinar los perfiles de sus visitantes, a través de la observación de su comportamiento y ubicación en tiempo real. Esto permite a la empresa gestionar de manera eficiente a sus empleados, lanzar ofertas personalizadas a los asistentes e incluso predecir su próxima visita.
En el Perú, la Ciencia de Datos está en plena efervescencia y se han observado muchas iniciativas desde el sector público y privado por formar equipos pluridisciplinarios a fin de explotar los datos existentes en nuestro medio. Esta tarea no es fácil, debido a que la cultura de almacenar datos no está enraizada en las organizaciones. Además, la informalidad, la escasez de centros de investigación en ciencia de datos, entre otros inconvenientes, hacen que la tarea de construir conocimiento a partir de los datos sea desafiante y bastante compleja. Sin embargo, vemos que poco a poco los términos asociados a la ciencia de datos se vuelven de dominio público y es un buen síntoma en aras de tener organizaciones donde los datos nos ayuden a tomar decisiones correctas.
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