Muchas personas le tienen “temor” a solicitar un préstamo o una tarjeta de crédito, pero estos productos financieros no necesariamente son perjudiciales. Los verdaderos “enemigos” son la falta de información y la poca planificación, lo cual sí nos traerá complicaciones, y nos podría llevar al sobreendeudamiento.
¿Es malo endeudarse?
Endeudarse no es malo, ya que nos permite alcanzar algunos objetivos que no hubiésemos podido lograr en el corto plazo sin el financiamiento correspondiente.
La deuda será adecuada en la medida que la tomemos a un costo y plazo razonables.
¿Cuánto debo endeudarme como máximo?
Si se trata de un crédito de consumo (préstamo de libre disponibilidad, crédito vehicular, tarjeta de crédito, etc.), nos podemos endeudar hasta que la cuota de todo nuestro financiamiento sea, como máximo, el 30% de nuestros ingresos netos. Es decir, si, por ejemplo, mi sueldo neto (después de descuentos) es de S/2,000, mi cuota máxima para pagar deudas debería ser de S/600, que representa el 30%.
En el caso de un crédito hipotecario, esta cuota máxima podría llegar a ser hasta 40% del ingreso neto, ya que se trata de un bien de largo plazo, además de que nos permitirá ahorrar el pago de un alquiler.
¿Qué tipo de crédito me conviene?
El tipo de financiamiento dependerá de lo que deseamos adquirir.
Si queremos comprar una vivienda, lo mejor será un crédito hipotecario, cuyos plazos pueden ser hasta de 25 años.
En cambio, si lo que estamos comprando es un auto, lo ideal es un crédito vehicular, que tiene plazos hasta de 5 años.
Por otro lado, si deseamos hacer una maestría, también hay préstamos para estudios, y si se trata de una adquisición menos costosa, se tienen los préstamos personales o las tarjetas de crédito.
¿Cómo elegir el crédito más barato?
Normalmente nos fijamos en la tasa de interés o TEA (tasa efectiva anual) para poder elegir una opción de financiamiento. Sin embargo, las entidades financieras no solo cobran el interés compensatorio, sino que, además, nos cargan otros conceptos adicionales, como seguros, comisiones y otros gastos.
Cuando incluimos todos los costos del crédito en conjunto (intereses, comisiones, seguros y otros gastos), obtenemos la TCEA (Tasa de Costo Efectiva Anual), que es la tasa en la que nos debemos de fijar al momento de elegir la mejor opción. La TCEA más baja será la que más nos convenga.
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