Nuestros mares se agitan siempre ante la llegada de El Niño, por más lejos o leves que parezcan los cambios en las condiciones atmosféricas y oceanográficas de la costa del Océano Pacífico. Sin duda, El Niño es parte de nuestro ecosistema y, por tanto, de la realidad peruana.
Ahora bien, por más fenómenos que se hayan presentado en la historia del Perú, los científicos aún no han encontrado un patrón que se repita en todos ellos. Por tal razón, cada Fenómeno El Niño es diferente y resulta (casi) imposible predecir la magnitud, la intensidad y la frecuencia con que se presentará. Para muestra, tres botones: en 1983, El Niño hizo que las lluvias intensas durasen hasta junio; en 1998, duraron solo hasta abril y, en el último Niño Costero, las lluvias apenas tomaron 10 días para hacer estragos en Piura, Trujillo, entre otras ciudades costeras.
Sin embargo, el monitoreo de nuestros mares sí permite seguirle el rastro e intuir sus próximos movimientos. Así, esta semana la Comisión ENFEN anunció que, para el verano 2019, se mantiene una probabilidad de 67% de ocurrencia de El Niño de magnitud débil en el Pacífico oriental.
Previsiones desde el Gobierno Central
Si bien el informe de la Comisión EFEN asegura que las lluvias no serán extraordinarias (apenas encima de lo normal) en la costa norte, creemos que se deben tomar acciones con el fin de paliar los efectos negativos de El Niño 2019, así como proteger los procesos de reconstrucción nacional mediante un efectivo plan de contingencia.
En ese sentido, el primer llamado es a las autoridades del Gobierno Central, quienes tienen la misión de destinar recursos financieros anticipados, como el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y así permitir al resto de sectores actuar en concordancia. Por ejemplo, Salud y Producción deberán prepararse para la atención de emergencias médicas, así como soportar los cambios en la industria pesquera, como las cuotas y las estimaciones de stock (respectivamente).
Sobre este último punto, hay que precisar que la anchoveta es la especie que más evidencias exhibe de ser afectada por el Fenómeno El Niño, pues según su magnitud y características, podría presentarse una disminución en su disponibilidad en el mar. Ojo: ello no implica que las anchovetas vayan a desaparecer o morir. Simplemente, la anchoveta será más difícil de pescar debido a que su distribución en el mar cambia: está más lejos de la costa (o muy cerca de ella) o se refugia a mayor profundidad en búsqueda de aguas más frías, lo que afecta el volumen de stock utilizable. Esto contrasta con el efecto positivo que El Niño tendrá sobre la pesca de jurel y de langostinos, así como otros peces de aguas cálidas en el norte del Perú, que aumentarán significativamente su aparición en el mar.
Autoridades regionales y locales de estreno
Un gran reto a la hora de enfrentar El Niño este verano 2019 –según la dimensión que adquiera conforme pasen los meses– será el que asuman las nuevas autoridades de los Gobiernos Regionales y Locales, pues su primera labor será evitar y paliar los daños del Fenómeno El Niño durante y tras las lluvias. Para ello, es primordial que se limpien los cursos de agua y se descolmaten los cauces de los ríos, evitando las inundaciones y, en consecuencia, la pérdida material y de vidas humanas. Todo eso requiere una alta dosis de gestión y de inversión pública con gobernantes nuevos a la cabeza.
Lo ideal sería que el Perú fomente la cultura preventiva siempre, pero no sólo del modo en que detallamos anteriormente. Principalmente, se debe invertir en el desarrollo de investigación científica y académica, de manera que podamos aprovechar la riqueza del mar peruano de forma sostenible.
Las autoridades y la ciudadanía deben saber qué está pasando y cómo pueden alterar a los recursos naturales un nuevo Fenómeno El Niño. De lo contrario, seguiremos sin saber cuál es la situación de las especies y no tomaremos decisiones informadas ni desde el gobierno ni desde el sector privado ante escenarios de alto riesgo. Esto será fundamental para la pesca sostenible, los empleos y su aporte a la alimentación.
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