Las Estadísticas de las Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares, informe elaborado por el INEI, reportan que en el cuarto trimestre de 2018 el 82 % de la población de 6 y más años de edad que usa internet se conecta mediante un teléfono celular, lo que incrementa significativamente en 8,8 puntos porcentuales la medición que se realizó en 2017 del mismo trimestre. Asimismo, con respecto a grupos etarios, los mayores usuarios de internet a través de teléfonos celulares pertenecen a la población de 25 a 40 años (93 %), seguido del grupo de 41 a 59 años (92 %), de 19 a 24 años (88 %), de 60 y más años (81 %), de 12 a 18 años (63 %) y de la población de 6 a 11 años (50 %).
Llama la atención que en todos los casos antes mencionados se reportaron también incrementos altamente significativos con respecto al mismo trimestre del año 2017. Las actividades que realizan los ciudadanos que se conectan a internet son tres: comunicarse por correo o chat (90 %), obtener información (90 %) y entretenerse (83 %). Entonces, ¿qué oportunidades puede suponer este fenómeno para las empresas privadas, startups, el Gobierno y la academia?
Las empresas privadas grandes, medianas y pequeñas podrían aprovechar este canal diseñando estrategias efectivas de marketing digital e incluso pensando en el celular como un punto potente de compra. El desarrollo de las apps juega un rol muy importante aquí, puesto que pueden permitir al ciudadano conocer, de manera sencilla, los diferentes productos o servicios que se ofrecen y adquirirlos con seguridad. En otros países emergentes donde también se ha expandido el uso de la telefonía móvil conectada a internet, los micronegocios y las startups vienen apoyándose en o diseñando nuevas plataformas tecnológicas, las que a través de apps les permiten tener canales de promoción y venta de productos y servicios con mucha menor inversión, además del gran radio de alcance que pueden conseguir hacia los segmentos a quienes están dirigidos.
Asimismo, el Gobierno podría aprovechar el uso masivo de celulares conectados a internet como un canal de información de ida y vuelta para el manejo de información en caso de desastres naturales, para facilitar la realización de trámites y pagos a través de una app que significaría un costo menor al ciudadano y una optimización de procesos al Estado, para fomentar la educación y ofrecer servicios relacionados a la salud en zonas rurales, para fomentar la bancarización de la población, entre otros.
En la academia se pueden usar los teléfonos celulares con fines de investigación, dado que registran muchos datos de los cuales se pueden obtener hallazgos interesantes, siempre y cuando se obtenga el consentimiento de los ciudadanos a quienes se va a estudiar. Por ejemplo, el GPS puede servir para estudiar comportamientos de estudiantes: a donde se movilizan antes y después de un examen, qué lugares de un campus universitario visitan más en ciertos momentos del semestre, etcétera. También podrían usarse para estudiar comportamientos de una población específica, como los enfermos de tuberculosis, por ejemplo, lo que serviría para conocer ciertos hábitos que puedan o no estar ayudando en su tratamiento.
¿Qué se puede esperar este año y los siguientes con respecto a este fenómeno? Según la GSMA, en el 2025, 7 de cada 10 ciudadanos de Latinoamérica y el Caribe serán usuarios de un teléfono celular conectado a internet. Una manera de alcanzar ese indicador en nuestro país será asegurando que tanto los organismos gubernamentales a todo nivel como los operadores faciliten el dinamismo de la industria móvil, la cual ejerce un impacto económico y social en los ciudadanos peruanos.
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