Desarrollo sin luz de avión, ni brillo de oro

Tres años de la producción de Madre de Dios equivalen a todas las reservas de oro que tiene el Banco Central en sus bóvedas (35 toneladas). Los 22 millones de pasajeros anuales del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez le han permitido a su concesionario cumplir con el compromiso de transferir 46.5% de sus ingresos anuales al Estado Peruano y así haber retribuido 1,800 millones de dólares hasta el 2016. ¿Qué nos podrían decir estas altas cifras sobre el Desarrollo si las complementásemos con relatos de las oficinas del aeropuerto o de las casas de cambio de Puerto Maldonado?

El brillo del oro en Madre de Dios atrae leyendas inverosímiles. Se dice que la ahora celebre reina del oro empezó como cocinera en un campamento minero donde conoció a un “chichiquero”. En Huepetuhe, se extraen anualmente no menos de 5 toneladas de oro mayoritariamente por empresas artesanales quienes ante su bajo nivel tecnológico no logran beneficiar toda la arena aurífera de las tierras extraídas. Alrededor de sus relaves mal aprovechados se concentran grandes números de chichiqueros quienes saben que con los 5 o 6 gramos de oro que rescaten a la semana se pueden acercar al sueño del chichiquero que se convierte en el rey de “la capital del oro del Perú”.

La luz de cada avión que llega al Jorge Chávez abruma a una antigua torre de control. Desde el 2011, la capacidad de esta infraestructura construida para 10 millones de pasajeros ha sido sobrepasada. Con obras de optimización, remodelamientos de áreas y ajustes logísticos, el año 2018 se alcanzó transportar 22 millones de pasajeros, pero a costa de mayores tiempos de espera. Hasta antes de la pandemia, un viajero tenía que invertir una hora más en llegar al aeropuerto por la larga cola de autos en la entrada al aeropuerto. La zona comercial del aeropuerto también ha recibido el impacto de este exceso de capacidad pues al estar los viajeros más apurados pasan menos tiempo en los restaurantes o tiendas.

Sumar estos relatos a las grandes cifras macro puede ayudar a abordar las débiles dinámicas de desarrollo a nivel territorial. En Madre de Dios, el camino de los chichiqueros está lejos de buena calidad de vida pues los mineros pueden ser asaltados y sus condiciones laborales los exponen a grandes peligros.  Asimismo, la tierra de Madre de Dios también es azotada por el impacto de la deforestación, el uso de insumos contaminantes y el mal manejo de los residuos de la actividad minera. En el Callao, la avenida Fauccett ha dejado de ser un punto logístico eficiente porque la magnitud de personas que circulan al día al frente del aeropuerto es el doble de la estación central del metropolitano. En esa parte de la ciudad, una solo auto malogrado en la avenida puede significar miles de horas perdidas entre viajeros y familias que vuelven de su trabajo.

La conocida y decepcionante respuesta del Estado en estos temas tiene una implicancia poco explorada con respecto al potencial del crecimiento del país, pero sobre todo de sus regiones. A pesar de generar ingresos importantes anualmente por parte del concesionario durante 20 años se hizo poco por impulsar el proyecto de la expansión del aeropuerto que precisamente ayudaría a generar más ingresos al Estado. Por si fuera poco, mientras que los ingresos de dicha concesión están disponibles para reforzar la red de aeropuertos regionales, estos recursos no han sido aprovechados porque las entidades encargadas de estos procesos no han definido objetivos que catapulten nuevas potencialidades de los territorios, como el turismo, ni han modernizados sus procesos para romper inercias burocráticas.

En Madre de Dios, la falta de una estrategia integral ha llevado a políticas de interdicción o formalización cuyos resultados parciales no alcanzan para justificar que las 7 toneladas de oro producidas en la región no dejen impuestos, empleos decentes o un aprovechamiento sostenible de los recursos naturales. Bombardeos a zonas mineras dan planas en periódicos y llevan a la fama a las autoridades encargadas de estas acciones. Pero el verdadero compromiso del Estado se ve cuando mineros que deciden reemplazar el método de beneficio basado en el mercurio por uno más amigable con el ambienten van a vender su oro vía el propio canal impulsado por el gobierno, pero este les ofrece un precio menor al de oro contaminante.

Existen iniciativas de organizaciones de mineros que buscan formalizarse o adoptar tecnologías menos dañinas. La concesión de aeropuerto ha recibió premios por el mejor aeropuerto de la región. Aun así, con un Estado que se precie y mida sus éxitos basándose en grandes números, nuestra infraestructura y riqueza tendrán luces opacas y brillos tristes.