Es un mes de temporada alta en el trabajo, las asignaciones no paran de llegar a tu escritorio, tu jefe sale de su oficina y pasa por tu escritorio antes de ir a una reunión y te dice: “Tenemos un cliente que estará llegando a la ciudad este viernes hacia el final de la tarde para reunirnos, ¿crees que puedas cubrirme mientras termino las otras reuniones en mi agenda?” Tu respuesta es automática: le dices que sí. Sin embargo, tras una hora te acuerdas que el viernes tienes una actividad importante ya programada después del trabajo y que aquello que te solicita tu jefe podría tomar más allá de tu horario de oficina, conflictuando con tu actividad personal.
Esta situación podría sernos recurrente, en la que por compromiso con nuestras labores buscamos cubrir las actividades que nuestros jefes nos solicitan, aún si estas interfieren con las nuestras personales. Decir “no” nunca es fácil, y más aún después de haber aceptado, pues tenemos temor a ser vistos como un mal miembro de equipo o una persona sin camiseta. Y es normal sentir este temor y estrés por la situación. Sin embargo, esto no quiere decir que nuestros temores tengan que nublar nuestro juicio, ya que nuestra vida personal no tiene que ser afectada por la laboral.
El decir “no” después de haber aceptado el compromiso no es algo malo si está justificado en nuestras razones personales. Claro está, debemos de evaluar cuándo decir “no” es acertado analizando el costo de oportunidad de nuestra decisión. Por ejemplo, si nos piden quedarnos más horas un viernes para terminar un proyecto que nos brindará buena exposición en la empresa, tiene mucho sentido que deseemos realizar el sacrificio. El ser sinceros con nuestros jefes nos darán la virtud de aparecer como personas fieles y responsables antes que una persona que solo busca caer bien en el trabajo. La honestidad nunca será mal apreciada. Sin embargo, la honestidad acompañada de una solución alternativa es aún mejor recibida. No importa qué tan considerados seamos en el trabajo, tendremos situaciones como esta, por lo que actuar de manera sincera y sensible nos dará mayor valor como trabajadores comprometidos.
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