En el desarrollo de nuestras carreras profesionales, es común sentir presión por nuestros descubrimientos y por la consecución de nuestros logros y de nuestras metas personales. La búsqueda incesante de cautivar y de fomentar la innovación en las empresas lleva a que esta presión se incremente, pudiendo ocasionar el burnout o agotamiento de sus trabajadores. Sin embargo, hay algo que todos nosotros que emprendemos un largo camino en la búsqueda de nuestros objetivos, a veces, ignoramos o nos olvidamos y que, en realidad, compartimos con muchos de los más grandes innovadores de los últimos siglos.
Quisiera poner de ejemplo mi propia búsqueda por mi grado doctoral. La pesquisa de una idea original, de un proyecto innovador, o de un emprendimiento exitoso, es una montaña rusa de emociones que nos lleva desde la frustración, pasando por la ansiedad, la alegría y el triunfo, por enumerar unas cuantas. En este camino, muchas veces creí haber realizado un gran avance para luego recibir algunas dosis de realidad por otros compañeros o por mi mentor de tesis. En estos momentos, la duda, el estrés y días en los que las noches eran más largas continuaron. Pero también tenía días en los que los avances eran prometedores, aquellos que me motivaban fuertemente a continuar encontrando nuevas soluciones y mayores conclusiones a los acertijos de mi investigación, alimentando mi motivación por completar mi camino.
En este momento detengo mi historia para hacer una reflexión: durante este tiempo, mis descubrimientos, avances y fracasos tenían un gran efecto sobre mis emociones. Aquellas que son descritas de manera más académica como el principio del progreso. Este principio nos cuenta que de todo aquello que puede alterar nuestra motivación o nuestras percepciones son las sensaciones de haber hecho progreso. Y mientras más oportunidades creamos de progreso, formamos una bola de nieve que va aumentando nuestra confianza y nuestros logros.
Por ello, en la búsqueda de nuestros objetivos, debemos aprender a gozar de las victorias, inclusive de las pequeñas, pues son aquellas que pueden definir una diferencia en lo que podemos lograr.
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