La pandemia afectó nuestros hogares de muchas maneras, pero quizás realzó en nuestros hogares la falta de políticas adecuadas y de organización que provocaron conflictos en el balance familiar que ignorábamos. Aún así, son las mujeres aquellas quienes han tenido el mayor impacto en sus carreras. A pesar de que al inicio de la pandemia el desempleo afectó a ambos géneros, con el paso del tiempo se ha formado una brecha en contra de las mujeres. En efecto, el desempleo de mujeres es ahora, al menos, 3 puntos porcentuales más grande que el de los hombres.
En este nuevo contexto, en el que tanto hombres como mujeres deben repartirse las tareas en el hogar, las diferencias se comenzaron a marcar. Esto resaltó una realidad poco deseable en tanto que el sentido de justicia nos invoca a la igualdad de género. En el informe técnico de gestión y distribución del tiempo de las mujeres y hombres en el Perú, realizado por Centrum PUCP, se encontró que, en promedio, las mujeres pasaban 33.62 a la semana en actividades no remuneradas, mientras que los hombres pasaban tan solo 16.39 horas a la semana en estas mismas tareas. A modo de comparación, las mujeres pasaron 49.78 horas en actividades remuneradas, mientras que los hombres pasaron 57.92 horas en las mismas actividades. Este resultado refleja que los hombres realizan, en promedio, una diferencia de 8 horas diarias o una jornada laboral, en actividades remuneradas.
Sin embargo, el problema no concluye ahí pues, durante la pandemia, las familias con hijos enfrentaban un desafío adicional, ya que tenían que encargarse de cuidar y asegurar su correcta educación y atención a través de las nuevas modalidades virtuales, algo nuevo para ellos. Los resultados del estudio demostraron que, en aquellas familias con más hijos, se acentuaba la diferencia en las horas dedicadas a actividades remuneradas, en donde las mujeres eran las más afectadas.
Mientras que vemos un progreso lento a la vacunación de la pandemia en nuestra nación, debemos asegurar que este proceso crítico no erosione el bienestar de las madres y mujeres. Ello implica el involucramiento de los hombres en las tareas no remuneradas de la casa. Los resultados demuestran que las mujeres han sostenido la carga familiar durante la pandemia, pero para ello también debemos apoyar que las empresas promuevan la flexibilidad y comprensión para otorgar la oportunidad a los hombres para que puedan apoyar en sus hogares.
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