En nuestra columna de la semana pasada recomendamos a algunos clásicos del pensamiento político occidental. Como lo prometido es deuda, esta semana haremos lo mismo con autores que han pensado nuestro país en términos políticos y sociales. En ese sentido, no olvidemos que siempre una lista de sugerencias es limitada y no se pretende completa.
A pesar que sus autores no fueron nuestros compatriotas, esta biblioteca de clásicos del pensamiento peruano debería empezar por un volumen que contenga la “Controversia de Valladolid” (1550), donde podamos leer fragmentos del “Democrates secundus o de las justas causas de la guerra contra los indios” de Juan de Ginés de Sepúlveda y “Apologética historia sumaria” de Bartolomé de las Casas. Ambos textos son fundamentales para reconocer las dos posturas contrarias respecto al proceso de la conquista. Adicionalmente, sería interesante contar con una edición crítica de “Historia natural y moral de las indias” de José de Acosta, para reconocer aspectos fundamentales del Perú y América antes de la conquista y alrededor de la misma. Asimismo, un volumen de selección de la “Escuela de Salamanca”, que involucre a textos de Vitoria, Mariana, Montesinos, Matienzo, etc. Pues de este modo, tomamos conocimiento del “estado de la cuestión” política y moral en los siglos XVI y XVII.
A niveles de autores la ilustración peruana y precursores intelectuales de la emancipación es fundamental conocer las obras de Vizcardo y Guzmán, Rodríguez de Mendoza, Baquíjano y Carrillo, Manuel Lorenzo Vidaurre, José María Pando, José Faustino Sánchez Carrión e Hipólito Unanue. La reflexión y ejercicio público de estos importantes pensadores se encuentra a disposición del público en el la página web: https://repositorio.bicentenario.gob.pe/handle/20.500.12934/286. Hacia 1969, bajo el título “Los ideólogos”, la Comisión del Sesquicentenario de la independencia editó varios tomos con la obra de nuestros intelectuales. Así que no hay excusa para desconocer el aporte de quienes nos pensaron autónomos del poder peninsular.
Tras los pensadores de la emancipación, nuestra biblioteca imaginaria debe contener las obras del liberal Francisco de Paula González Vigil, cuya vasta producción aun es un desafío editorial; destacándose, entre otros volúmenes, “Defensa de la autoridad de los gobiernos contra las pretensiones de la curia romana” y los “Opúsculos sociales y políticos”. Y, desde el lado conservador, los “Escritos y discursos” de Bartolomé Herrera. El conocimiento de ambos autores nos permite acercarnos al debate político de las primeras décadas de vida republicana.
Asimismo, si queremos conocer las formulaciones de positivismo en el Perú, es fundamental reconocer los aportes de Javier Prado Ugarteche en “El método positivo en el derecho penal” y de Mariano Cornejo en “El equilibrio de los continentes”. Un caso aparte del positivismo con intersecciones con el anarquismo y el radicalismo es del Manuel González Prada; autor poliédrico de quien debemos tener de todas maneras en nuestra biblioteca imaginada “Pájinas libres” y “Horas de lucha”. La obra de González Prada se presenta como uno de los acontecimientos notables de la historia de las ideas en el Perú.
La “generación del 900”, nos ofrece una variada muestra de pensadores que unen el vitalismo, con el arielismo y ciertas perspectivas tardo conservadoras. Por ejemplo, de Francisco García Calderón tenemos que contar con “El Perú Contemporáneo, de José de la Riva Agüero los “Paisajes Peruanos” y de Víctor Andrés Belaunde “Peruanidad” y “Realidad Nacional”. Y de los autores de la “Generación del Centenario” es importante contar con los “Siete ensayos” y la “Escena contemporánea” de José Carlos Mariátegui, el “Antimperialismo y el APRA” de Víctor Raúl Haya de la Torre, “La Gran promesa” de Eudocio Ravines y “La promesa de la vida peruana” de Jorge Basadre. Todos estos autores fueron centrales para establecer el “Perú problema”, sentado las bases de las complejas y necesarias reflexiones sobre nuestro país.
Usted dirá, lector, lectora, dónde puede adquirir o acceder a los libros que recomendamos. Una opción son los libros compilatorios que suelen ser editados por sellos editoriales nacionales, muchos de ellos de los fondos universitarios. Lo otro, es buscando en internet las obras de nuestros compatriotas. La idea es que podamos tener un conocimiento general del devenir de las ideas políticas y sociales hasta mediados del siglo XX. Para las últimas décadas, pronto una nueva lista de sugerencias.
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