
¿Se ha incrementado o disminuido la desigualdad en el Perú? Aunque los datos del Banco Mundial muestran que el índice de desigualdad social en Perú, o índice de Gini, es bastante menor que el promedio latinoamericano – por ejemplo 0.4 frente al más de 0.5 de Brasil o Colombia –, es evidente que tenemos grandes desigualdades. Pero una mirada positiva nos diría que aquí muchos símbolos discriminatorios de la riqueza parecen disminuir.
Un símbolo, del cual ya hemos hablado antes es el del antes llamado “sueño” de la casa propia, que dejó de ser un sueño para dos de cada tres familias peruanas, en especial las más pobres. Eso porque tenemos una tasa de propiedad de vivienda bastante mayor que la de muchos países desarrollados, aunque las características de la vivienda y la propiedad debieran mejorar mucho.
Otro gran símbolo es el de los estudios universitarios. Hasta hace unos años el tener un abogado, un ingeniero o un médico en la familia era una muestra clara de alto estatus, pero hoy muchas madres de millones de hogares modestos, en todo el Perú, están orgullosas de tener hijos profesionales. ¿Sabía usted paisano o paisana que más del 50% de los ingenieros de Lima viven en lo que antes se llamaba los conos?

Entre otros símbolos externos, se encuentran los aparatos domésticos y tecnológicos, como el televisor, que antes se ponía en la sala para que los vecinos los vieran y hoy lo posees el 97% de hogares urbanos, así como el teléfono celular, además de lo que se ve las refrigeradoras y las laptops. Y si antes la ropa de moda diferenciaba mucho, hoy tampoco diferencia tanto, aunque a veces se trate solo de una marca “parecida” a la original.
Otro símbolo que disminuye es el automóvil, que antes era un gran diferenciador de clase. Usted paisana, que tiene unos añitos se acordará del estatus que daba a tener un novio con carro. Falta incrementar la penetración, pues solo lo tienen 12 de cada 100 familias, pero hoy poseerlo, para uso familiar o para ‘taxearlo’, ya no es el elemento de gran estatus que fuera hace poco.
En fin, paisano o paisana, lo interesante aquí en esta mirada positiva es que mucho de aquello que tradicionalmente contribuía a separarnos hoy está desapareciendo y mostrando una sociedad un poquito más integrada. Sin duda tenemos mucho por avanzar, pero para eso ayudaría reconocer que en algunos aspectos estamos quizás yendo en la buena dirección. ¿En qué otros aspectos creen usted, paisano o paisana, que están disminuyendo las no tan agradables diferencias sociales, y en que otros debiéramos trabajar para acercarnos más?
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