El cambio de la ministra de educación Flor Pablo no termina de sorprender tras haber evidenciado algunos avances en el sector. Las redes están llenas de especulaciones ante la ausencia de explicaciones por parte del presidente de la República o del presidente del Consejo de Ministros que permitan entender su abrupta salida.
Hay dos aspectos fundamentales en los que Flor Pablo dio batalla: el enfoque de género desarrollado a través del currículo nacional, pese a la embestida de los sectores más conservadores y retrógrados del país y sus representantes en el anterior Congreso, y, por otro, que la oferta privada de los servicios escolares no camine al margen del sector. En relación a lo último, el Decreto de Urgencia N.° 002-2020 establece que las instituciones educativas privadas se sujetarán por fin a la ley general de educación y establece un plazo de 5 años para que todos sus docentes cuenten con título pedagógico o profesional. Asimismo, aquellas que han venido funcionando informalmente deberán formalizarse y las que no cuentan con autorización del sector serán cerradas.
Inevitable tener esperanza en la gestión del ministro Benavides, después de haber realizado un buen trabajo en la Sunedu, pese a las amenazas de ciertos sectores con intereses políticos y económicos que se mueven alrededor de las universidades de dudoso prestigio. Pero, el sector educación es mucho más que las universidades. Solo a nivel superior, hay varios procesos encaminados a asegurar la calidad de los servicios de institutos superiores pedagógicos y tecnológicos que encierran problemáticas complejas.
Asimismo, hay políticas que no pueden detenerse, por el contrario, merecen intensificarse con el presupuesto necesario en tanto han sido priorizadas por el sector. Me refiero en particular a la Educación Intercultural Bilingüe (EIB), que hace posible la educación de niñas, niños y jóvenes de los pueblos originarios con docentes de esa especialidad. Desde esta tribuna se ha llamado la atención sobre los procesos de contratación de jóvenes docentes beneficiarios de la Beca 18 - Modalidad EIB para este año, becas que disminuyeron radicalmente, pasando de 400 en el 2013 a 100 becas en los últimos años, pese a que persiste una brecha de 20 000 docentes de las especialidades de EIB en los niveles inicial y primaria. Ni que decir de la secundaria, en donde la implementación de la EIB es incipiente.
Entonces, con los parabienes al ministro Benavides, es importante recordarle que se han dado pasos significativos en el sector: que la adecuada implementación del currículo nacional con enfoque de género debe contribuir en algunos años a disminuir las cifras de violencia sexual y recomponer relaciones de género en respeto e igualdad; que el Minedu deberá ser firme en la regulación de los servicios educativos privados; que los servicios educativos públicos en la básica y superior tienen que mejorar acompañados de los sistemas de aseguramiento de la calidad; y que la EIB es una tarea irrenunciable que merece mucha más atención y presupuesto del recibido. Solo por mencionar algunos.
Por favor presidente Vizcarra, no más cambios en el Ministerio de Educación.
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