El 2020 es un año lleno de cambios en varios aspectos de nuestra vida cotidiana y profesional. Así pues, las organizaciones han experimentado diversos cambios que han significado la reinvención de los negocios y la desaparición de algunos modelos obsoletos. Muchas empresas se han visto en la necesidad de redefinir sus objetivos y planes estratégicos, producto de una evidente aceleración de los procesos de transformación, que ha traído consigo una mayor relevancia de los KPI’s digitales, así como la búsqueda de nuevos perfiles profesionales que respondan a estas nuevas exigencias.
De acuerdo con un reciente estudio realizado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en un lapso de tres meses se produjo una aceleración de la transformación digital que se había proyectado para los próximos tres años. De hecho, hay muchos ejemplos en todos los sectores económicos de empresas que han tenido que adaptarse rápidamente a esta nueva realidad, haciendo uso de la tecnología y potenciado el talento humano de sus organizaciones; como el sector educativo, la industria del entretenimiento, salud, consumo masivo, etc.
En ese sentido, hoy es muy importante que los profesionales tengan un equilibrio entre las habilidades técnicas y las habilidades blandas o soft skills, ligadas a la inteligencia emocional. En línea con ello, según una estadística elaborada por la red social profesional LinkedIn, la creatividad, persuasión, colaboración y adaptabilidad son las habilidades más valoradas por los empleadores en el año 2019, tendencia que se mantiene. Actualmente, los perfiles creativos e innovadores han permitido una mejor respuesta frente a los nuevos desafíos del mercado, puesto que desarrollan habilidades que resultan cruciales para generar soluciones que escapan de lo tradicional.
De acuerdo con el estudio ‘The Future of Works and Skills in 2030’ realizado por la Comisión para el Empleo y las Competencias del Reino Unido, en el que se explora el futuro del trabajo y las habilidades laborales para el 2030; se proyecta que para entonces muy pocos profesionales van a requerir habilidades tradicionales y, además, habrá una ola de emprendimientos, donde se pondrá en evidencia que la creatividad e innovación serán la principal solución para la rentabilidad de las empresas. No obstante, hoy vemos que la actual coyuntura ha anticipado y adelantado 10 años estas proyecciones.
El mismo estudio reveló 10 habilidades que debe manejar el profesional del futuro como el manejo de un pensamiento adaptativo, inteligencia social, transdiciplinario, gestión de la carga cognitiva, mentalidad de diseño, entre otras. Esta última habilidad orientada al diseño resulta ser primordial para el perfil actual o 2.0, puesto que está presente en múltiples áreas de una empresa y permite que puedan proponerse soluciones creativas aplicadas a la industria y a los negocios.
En definitiva, los nuevos tiempos en los que vivimos retan al profesional a actualizar sus conocimientos de manera continua. Hoy más que nunca, los perfiles multidisciplinarios son altamente valorados y tienen la posibilidad de adaptarse a diferentes equipos y armonizar de acuerdo con las nuevas metodologías de trabajo. Por ello, resulta muy importante buscar el equilibrio entre las habilidades técnicas y las habilidades blandas, para encontrar perfiles creativos e innovadores que se animen a desafiar los límites de las soluciones conocidas y aporten una mirada distinta a la tradicional.
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