El arquitecto catalán Antonio Gaudí diseñó para el templo de la Sagrada Familia en Barcelona una capilla consagrada a la Asunción de la Virgen. Esta capilla, ubicada en el ala norte del templo entre las dos sacristías en los vértices del edificio, sería erigida luego que se levantara una igual en la ciudad de Rancagua en Chile.
Esta capilla aún no construida y consagrada a la virgen María no solo fue pensada por Gaudí -cuyo proceso de beatificación está en marcha- para su obra magna de la Sagrada Familia en Barcelona, sino también para ser edificada en pequeña ciudad de Rancagua al sur de Chile.
Esta historia data de 1909, cuando el fraile chileno Angélico Aranda viaja Roma y luego a Barcelona donde conoce al arquitecto catalán, quien le explicaría su proyecto al religioso. Por su parte, Fray Angélico le expresaría su deseo de edificar dicha capilla en Chile y le diría que los planos se los pagaría con oraciones.
“Eran dos hombres de fe y generosos”, explica el arquitecto José Manuel Almuzara Pérez, presidente de la Asociación Pro Beatificación Antonio Gaudí, quien señala que en 1922 Fray Angélico le escribe una carta el 15 de agosto, día de la virgen, la cual le llega a Gaudí el 14 de setiembre, día de la exaltación de la cruz.
Gaudí, como buen místico que era, olvida el pedido que le hiciera Fray Angélico y recién envía, a través de su secretario, una carta al fraile franciscano con los planos dibujados a mano alzada de la capilla consagrada a la Asunción de María, el 12 de octubre de 1922, día de la Virgen del Pilar.
“En esta carta, Gaudí señala, entre otras cosas, que este proyecto sirva para unir a los pueblos de España y América. También pide que tomen en cuenta las características del lugar como el clima y los materiales a usar”, según atestigua Almuzara como consta en la carta.
Por otra parte, “la junta constructora de la Sagrada Familia se ha comprometido a construir la capilla en Barcelona, luego de que se haga en Rancuagua. Gran detalle de generosidad para que ellos sean los pioneros y lleven la fama y para la Sagrada Familia tener la experiencia que se ha hecho en otro sitio”, explica Almuzara.
El arquitecto José Manuel Almuzara Pérez, presidente de la Asociación Pro Beatificación Antonio Gaudí, recuerda al arquitecto Lluís Bonet Gari, discípulo de Gaudí, cuando a sus 85 años le explicó cuando era estudiante de Arquitectura la razón de hacer una capilla pequeña en la parte norte del templo.
“Las fachadas de la Sagrada Familia eran grandes, de cien metros. Puede que tanta arquitectura no ayuden a una persona que quiera volver a Dios. Alguien que quiera pasar desapercibido, iría por la puerta de atrás y a través de la madre, a través de la Virgen, volver a Dios”, recuerda Almuzara que le dijo.
La fundación Corporación Cultural Gaudí de Triana, fundada en Chile en 1996, está a cargo del proyecto de Rancagua, que además de la capilla contará con un Centro Cultural y Espiritual, así como la Casa de Soledad y Silencio, un lugar de contemplación y oración.
La capilla, construida en piedra y hormigón a prueba de sismos con revestimientos de lapislázuli y cobre, tendrá 10 metros de ancho por 10 de largo y 30 metros de altura con la cruz gaudiniana. En su interior habrá un altar central y un coro circular a ocho metros de altura y una cripta subterránea con los restos del fraile Aranda.
“Sería bonito que en el 2022 se culminen las obras al cumplirse los cien años de las cartas entre Gaudí y el padre Aranda, pero la pandemia nos ha afectado a todos”, explica Almuzara y agrega que la Sagrada Familia no estará terminada en el 2026, fecha que se conmemoran los cien años del fallecimiento de Gaudí.
“Las obras están paradas. Solo se construirá la torre de la virgen que sobrepasa los 138 metros y acaba en una estrella con doce puntas que se iluminará por la noche”, explica Almuzara. Se prevé que esta torre de la Sagrada Familia estará lista a mediados del 2021 en Barcelona.
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