Hace unas semanas se hizo público un link que te llevaba a un manual sobre conducta sexual como parte de un texto escolar para jóvenes de tercero de secundaria de colegios públicos. Llamó la atención el contenido del mismo. Entre las conductas sexuales estaba la del sexo anal.
Ante estos “contenidos inapropiados”, así catalogados por el MINEDU, sería importante preguntarse qué tan pertinente o no es que los padres de familia abordaran con sus hijos este tema, pues considero que el ámbito privilegiado para aprender sobre esta importante dimensión en la persona como es la sexualidad es la familia.
Más allá de las disculpas y correcciones que el MINEDU hizo, es importante comprender la concepción que hasta ahora se tiene del enfoque de género con respecto a la sexualidad. Para quienes están en contra de este enfoque, existe detrás una ideología. En este caso la ideología de género. Para quienes están a favor, esta ideología simplemente no existe.
Para la ideología de género, la sexualidad se considera una actividad recreativa y lúdica, y fuente de placer, donde mi cuerpo me pertenece y hago lo que quiero con él. Asimismo, considera que la finalidad reproductiva se ve como un impedimento al desarrollo de la libertad sexual, por lo tanto, promueve medios anticonceptivos e incluso abortivos y donde todas las formas de sexualidad vienen a ser lo mismo.
Es cada vez más común escuchar, ver y leer información en los medios referida a temas como métodos anticonceptivos “modernos” para púberes y jóvenes que terminan por iniciarlos sexualmente en forma precoz. También se ha vuelto natural escuchar sobre métodos abortivos y sus beneficios como la píldora del día siguiente sin mencionar el posible tercer efecto que es abortivo.
Con esta afirmación no pretendo minusvalorar todos los esfuerzos que se deben y tienen que hacer para que los jóvenes comprendan su sexualidad, siempre de manera sana, natural y de preferencia en un ámbito seguro como es la familia.
Otra idea fuerza o creencia de esta ideología es que el sexo (ya sea femenino o masculino) es un dato más que no importa para definir la identidad. Según la ideología de género, el género lo construyo yo y es lo que identifica a la persona.
No es desconocido que la ideología de género utiliza como principales plataformas de difusión las escuelas (públicas) y los medios de comunicación. Basta ver cómo de esta manera sus defensores o propagadores han avanzando en lograr cambiar leyes en muchos países desarrollados y en vías de desarrollo.
Hace pocas semanas hemos visto cómo Ricardo Morán, una reconocida figura de nuestro medio, se convirtió en padre de gemelos junto a su pareja del mismo sexo gracias al vientre de alquiler. En algunos estados de Estados Unidos esta práctica es legal. De esta forma, se busca sensibilizar a la opinión pública para buscar legislar a favor de la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo.
Pero, cuando se evidencia este enfoque de género sus defensores o propagadores la niegan. Lo peligroso es que la difunden en forma encubierta o enmascarada. Y quienes no se muestran a favor son etiquetados como poco inclusivos, intolerantes e irrespetuosos.
No se puede negar que la ideología de género responde a una visión ideológica que atenta contra la realización de las personas, debilitan a la familia y resquebrajan la vida social. Es por ello que la ciudadanía debe estar consciente de esta realidad cada vez más difundida en el mundo y ahora en nuestro medio.
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