Si bien el mundo fue testigo de los violentos disturbios y protestas de la gente en Chile en octubre del 2019, al iniciar este nuevo año quisiera dedicar esta columna a una estupenda iniciativa para replicar de este país dedicado al aprendizaje y juego no solo de niños, sino también adultos: el Museo Interactivo Mirador (MIM).
Visité el MIM durante las vacaciones de agosto, un día de semana en el que también eran vacaciones para la gente en Chile. Me llamó la atención lo bien pensado, planeado y organizado que está el museo, que actualmente es una fundación sin fines de lucro, ubicado en La Granja, en Santiago de Chile.
El MIM se inició el 2 de marzo de 2000 por la entonces primera dama, Martha Larraechea, esposa del ex presidente Eduardo Frei. Tiene catorce salas temáticas que abordan temas como biología, física, química y ciencias en general. Son más de 300 módulos o juegos interactivos.
“Este proyecto está pensando en dar la posibilidad a las personas y niños de conocer la ciencia bajo un concepto distinto de educación, donde la participación es fundamental para poner a prueba los sentidos. Esto es parte del aprendizaje”, explica Marcelo Hinostroza, supervisor del MIM.
Confieso haber deseado que en mi país también haya este tipo de espacios lúdicos y de aprendizaje para niños y grandes. En el Perú contamos desde hace algunos años con el Museo Interactivo de Lima en San Miguel. Sin embargo, el MIM es una apuesta más audaz en aras de la educación y exploración del saber.
“El MIM recibe entre 5 mil y 8 mil personas al día”, explica Hinostroza y agrega que los juegos más visitados son la cama y pared de clavos, el área de burbujas, la sala de fluidos. También recientemente se ha renovado la zona de arte y ciencia, la neurozona. La sala de matemáticas y ciencia son dos proyectos nuevos”, dice.
Asimismo, explicó que para la creación de los juegos intervienen psicólogos, psicopedagogos especialistas y estudiantes de diversas universidades que trabajan en el desarrollo de los proyectos. También hay un equipo que ayuda a hacer juegos más inclusivos, como para personas que utilizan sillas de ruedas.
La administración, que está a cargo de la primera dama de la nación, quien designa a un director ejecutivo, dura aproximadamente 4 años. El equipo que piensa, diseña y ejecuta los juegos es multidisciplinario. Hay astrónomos, biólogos, educadores, sicólogos, diseñadores industriales, y gráficos, quienes proyectan las ideas y van desarrollando los proyectos nuevos.
Esperemos que tengamos autoridades capaces de hacer en nuestro país iniciativas recreativas y a la vez educativas como estas en favor de los niños y las familias. Son ejemplos a los que mirar y que nos pueden inspirar a hacer de nuestro país un lugar más placentero para vivir.
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