Desde 1985, cada 5 de diciembre se celebra el día Internacional del Voluntariado promovido por la Organización de Naciones Unidas (ONU). El voluntariado es una labor en muchos casos silenciosa y que generalmente no tiene una retribución económica, pero sí una gran satisfacción personal.
Según un estudio publicado por la Universidad Pacífico, el 33% de la población peruana hace voluntariado en nuestro país. Esta importante cifra refleja la gran necesidad que existe en poblaciones vulnerables, así como una importante capacidad de ayudar a los menos favorecidos, o personas que pasan por alguna necesidad.
En el 2001, la ONU propuso que se celebrara a nivel mundial el año internacional del voluntariado. Esta iniciativa llevó a que grupo de asociaciones de voluntariado que ya estaban funcionando en nuestro país se unieran y formaron el Centro Nacional de Voluntariado (Cenavol), una iniciativa privada creada en el 2002.
Entre las asociaciones de voluntariado fundacionales de Cenavol se encontraban la Asociación Emergencia Ayacucho, las diversas asociaciones de voluntariado de la Liga de Lucha contra el cáncer, del INEN, del Puericultorio Pérez Araníbar, del Hogar Clínica San Juan de Dios, Scouts del Perú, ADRA, entre otras.
Cenavol ha reunido a 80 asociaciones de voluntariado de las más de 130 que existen en el Perú. Durante más de quince años, hasta el 2018, Cenavol realizó diversas iniciativas como campañas de salud en diversos asentamientos de la capital beneficiando a miles de personas de escasos recursos.
Con el tiempo se han formado diversas asociaciones de voluntariado desde el Estados y otros entes. Como dice Karla Hartinger, fundadora de Cenavol, el reto estará en saber cómo integrar a las nuevas generaciones en temas de voluntariado.
El Perú es el cuarto país con mayor voluntariado joven de América Latina después de Brasil, Colombia y México, según Aiesec, organización global que promueve la interculturalidad, liderazgo y emprendimiento. Basta ver la creciente participación de los jóvenes en voluntariado en las universidades.
Una interesante iniciativa es PROA, la primera plataforma virtual que reúne muchas asociaciones que realizan diversos tipos de voluntariado para jóvenes y adultos.
Los campos de acción de voluntariado son diversos como el social, educativo, cultural y medioambiental, siendo el más necesitado en nuestro país y continente la atención a las poblaciones vulnerables en temas de salud y educación, no solo de niños, sino también la atención cada vez mayor hacia los adultos mayores.
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