La modelo y empresaria reveló que en 1998 fue internada por sus padres en una escuela donde fue agredida física y psicológicamente. “Me sentí prisionera”, señaló.
Pese al lujo con que fue criada, no todo parece brillar en la vida de Paris Hilton. También tiene sus momentos oscuros. Y uno de ellos, según confesó recientemente, ocurrió en 1998 cuando sus padres la enviaron al internado Provo Canyon School de Nueva York (Estados Unidos).
Los padres de la modelo buscaban enderezarla y alejarla de la “vida rebelde” que venía llevando a sus 17 años. Sin embargo, como dijo a la revista People, esto produjo unas secuelas psicológicas que le costó curar con el tiempo.
“Enterré mi verdad demasiado tiempo (…). Estoy orgullosa de la mujer fuerte en la que me he convertido. La gente puede asumir que todo en mi vida resultó fácil, pero quiero mostrarle al mundo quién soy realmente”, dijo la empresaria.
Hilton, que en septiembre estrena su documental “This Is Paris”, contó que antes de internarla, sus padres tomaron medidas para controlarla. “Me castigaban quitándome mi celular, mi tarjeta de crédito, pero no funcionaba. Todavía saldría por mi cuenta”, indicó.
SENTIRSE PRISIONERA
A causa de su rebeldía, Rick y Kathy Hilton tomaron la decisión de mandarla a un internado para mantenerla a raya. “Se suponía que iba a ser una escuela, pero las clases no eran el foco en absoluto. Desde que me despertaba hasta que me iba a la cama pasaban todo el día gritándome en la cara, era una tortura continua”, relató.
Desde agresiones físicas a psicológicas, Paris Hilton atravesó una experiencia llena de maltratos. “Constantemente me hacían sentir mal conmigo mismo y me intimidaban. Creo que su objetivo era quebrarnos y fueron físicamente abusivos, golpeándonos y estrangulándonos”, contó.
De allí que la socialité haya llegado a sufrir ataques de pánico. “Era tan miserable. Me sentí prisionera y odié la vida”, expresó.
Finalmente, en 1999, la antigua protagonista de “The Simple Life” logró salir de esa escuela y manifestó que espera ser testigo de la desaparición de internados como esos. “Quiero que cierren estos lugares. Quiero que rindan cuentas. Y quiero ser una voz para los niños y, ahora, adultos de todo el mundo que han tenido experiencias similares”, finalizó.
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