La conductora de televisión y Lucas Carmona serán los encargados de administrar los bienes del exgerente de televisión, según orden del juez de familia Erick Varemendi.
Tula Rodríguez y Lucas Carmona, hijo de su esposo Javier, fueron designados encargados de la administración de los bienes del exgerente de televisión, por decisión del juez de familia Erick Varemendi Flores.
De acuerdo con la determinación judicial, ambas partes deben cumplir con condiciones de aseo del ambiente, higiene personal, vestimenta para uso personal, seguridad e infraestructura en buen estado de Javier Carmona.
Además, Rodriguez y Carmona deben administrar de manera conjunta los trámites, transferencia de bienes, cobro de dinero, bienes como el apartamento, vehículos y la propiedad del exgerente en Bolivia.
Un punto que resalta la sentencia del Primer Juzgado de Familia de Lima es que tanto Tula como Lucas deben permitir el derecho de comunicación de Valentina, hija de la conductora de televisión y Javier Carmona, con todo el grupo familiar y social de ambos.
EL DIAGNÓSTICO DE JAVIER CARMONA
Cabe recordar que el exgerente de televisión ha sido diagnosticado con un trastorno vegetativo persistente, una condición no reversible, que se caracteriza por una estado sin actividad cognitiva.
"En esta disfunción existen ciertos criterios que se cumplen como la falta de consciencia, la presencia de la respiración y un estado de sueño- vigilia. A veces responde, pero más como reflejos involuntarios. Es alimentado por medio de sondas", explicó el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta.
El caso del esposo de Tula Rodríguez evolucionó de un aneurisma con derrame cerebral a una falta de oxígeno en el cerebro por más de cinco minutos. Esto tuvo como consecuencia, en primer lugar, un estado de coma y luego el estado vegetativo persistente, que posee un tiempo vital de entre dos a cinco años.
De acuerdo con Huerta, una persona con trastorno vegetativo persistente es incapaz de interactuar con quienes lo rodean, debido a que no se sabe si este puede escuchar o no, además de que pierde la capacidad del lenguaje para comunicarse.
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