Liverpool no tuvo a Mohamed Salah, pero en el banco estaba un belga de 24 años. Divock Origi esperó durante cinco años una jornada como la de este martes en Anfield y no la desaprovechó.
Divock Origi ya tiene un sitial en la historia del Liverpool a sus cortos 24 años. Cuando por estos lares consideramos que alguien de su edad todavía está en formación, este joven belga demostró su madurez y jerarquía para marcar dos goles y ser clave en el triunfo sobre el Barcelona y posterior pase a la final de la Champions League 2018/19.
Probablemente, en otras circunstancias Origi solo habría jugado algunos minutos en un partido de esta magnitud, pero las lesiones de Mohamed Salah y Roberto Firmino obligaron a Jürgen Klopp a mirarlo muy de cerca y evaluar su titularidad.
Su llegada a Anfield
Divock Origi es hijo del recordado jugador Mike Origi y se formó en las categorías inferiores del Genk de Bélgica. Sus buenas actuaciones en inferiores le valieron para fichar por el Lille. Debutó oficialmente en febrero de 2013.
Disputó con Bélgica el Mundial Brasil 2014 con 19 años y sus actuaciones hicieron que más de un grande de Europa se interese en él. Y fue el Liverpool que terminó fichándolo por casi 13 millones de euros. Sí, solo 13 millones de euros.
Un jugador paciente
Siete partidos y un gol en esta Champions League eran sus cartas para este partido ante los catalanes. Pese a ello, su DT se vio obligado a confiar en él como su referente en el área, reemplazando a Mohamed Salah.
Consciente de que esta era su oportunidad soñada en sus casi cinco años en Liverpool, Divock Origi no defraudó. Brilló con dos goles, el último de ellos sentenciando el pase de los 'Reds' a su novena final de la máxima competición continental.
El gol de Divock Origi que vale una final de Champions League:
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