El técnico alemán Jürgen Klopp, 51 años, asumió la dirección técnica del Liverpool en 2015. Cuatro años después estará en la final de la Champions tras eliminar a Barcelona
Apasionado, frenético y extrovertido y no hablamos del Liverpool, si de Jürgen Klopp, aunque tranquilamente los adjetivos calzan en el equipo inglés. Será por ese motivo que al técnico alemán lo sienten tan parte de su banda. El rock and roll, la ciudad de Liverpool y Klopp parecen destinados a tocar en el mismo escenario. Son tal para cual.
Para jugar en los equipos de Klopp, primero hay que tener un estado físico impecable. No todos están preparados para aguantar 90 minutos de golpe por golpe.
Siempre preocupado por los detalles que le permitan sacarles el mayor provecho a los errores del rival. Apasionado y creyente (dos similitudes con Pochettino) en su grupo. Cuando Ramos lesionó a Salah en la final de la temporada anterior, evitó referirse al tema y reconoció superioridad de los merengues. Tampoco se quejó cuando en la semi de vuelta le faltaron Keita, Salah y Firmino, siempre resolvió y bien, lo que también significó un respaldo hacia su grupo y trabajo.
Klopp no tolera la desatención y la pausa. Mirar y ejecutar hacia el costado está casi prohibido. Todavía le falta ganar la Champions League, aunque muchos que ya lo hicieron, quisiera gozar de los adeptos que tiene el alemán en el mundo
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