Los partidos de la Copa de la Superliga se siguen jugando a puerta cerrada, pese a la protesta de los jugadores.
Argentina es hasta ahora el único de los diez países de la Conmebol que no ha suspendido su torneo, en el inicio de una inédita Copa de la Superliga.
La pelota rueda en estadios argentinos sin público mientras crece una polémica entre dirigentes, que en su mayoría empujan para la continuidad, y futbolistas y entrenadores, que no quieren exponerse al virus aunque acatan la decisión.
Solo River Plate, uno de los clubes más populares de Argentina y subcampeón de la Libertadores, resolvió suspender todas las actividades, incluido el fútbol profesional.
El club 'millonario', campeón de la Libertadores en 2018, se expone ahora a una sanción por no haberse presentado el sábado ante Atlético Tucumán en su estadio Monumental de Buenos Aires por la primera fecha de la Copa de la Superliga.
Diego Maradona, DT de Gimnasia y Esgrima, dijo que apoya "a muerte" la iniciativa de River.
"Si los jugadores toman esta decisión yo los banco (apoyo) a muerte", dijo Maradona el viernes tras el partido que su equipo igualó 0-0 con Banfield.
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